El Manchester United se clasificó este domingo para la final de la FA Cup después de 120 minutos sin goles y tras una tanda de penaltis agónica que acabó 6-7 sobre el Brighton.
March falló su disparo y el conjunto de Ten Hag se citó con el Manchester City en lo que será un gran duelo en Wembley.
El Brighton, volvió a evidenciar que los 49 puntos conseguidos en la Premier League no es casualidad y demostró ser ese equipo peleón a los mandos de un Mac Allister que llevó la batuta del encuentro. Los 'seagulls' fueron más dominadores que sus rivales, y eso se notó desde el comienzo.
La lástima para los de Roberto De Zerbi fue que tuvieron enfrente a un De Gea colosal. Lejos de ser ese portero que fallaba en las grandes citas, el español sacó todo lo sacable y más para darle siempre una vida extra a los suyos. Muchos fueron los que se toparon con el internacional con España.
El argentino probó primeramente al cancerbero para que después, Enciso amenazara con hacer el 1-0. Bruno Fernandes fue el mejor de los 'red devils' en la primera parte y suyas fueron las llegadas que acabaron con los despejes de Robert Sánchez. La cosa fue de porteros españoles.
La buena defensa y las ayudas del Brighton quedaron reflejadas en la frustración y desesperación de Antony y Rashford, que brillaron por su ausencia. Los segundos 45 minutos volvieron a evidenciar un United gris, sin apenas peligro y que dejó tocar y crear a sus adversarios.
Mitoma y March tuvieron la misma medicina que sus compañeros y ambos se toparon con las manos salvadoras de De Gea, que sostuvo a su equipo hasta el final del tiempo reglamentario. La prórroga no invitó a pensar en que habrían grandes ocasiones, es más, solo una y a favor del United.
Tras un barullo en la frontal, Rashford, que volvió a la titularidad, probó suerte con un disparo con el interior de su pierna derecha. Sin embargo, el cancerbero rival se estiró lo máximo que pudo y más para enviarla a córner. Los minutos pasaron con cierta tranquilidad y se llegó a la tanda de penaltis.
El pase a la final quedó en manos de la diosa fortuna y todo el potencial de los porteros durante los 120 minutos apenas se dejó ver. Tras seis goles por parte de cada uno, March disparó a las nubes y se lo dejó todo de cara a un Lindelöf que sacó el billete hacia la final.
Un partido grande que acogerá Wembley entre los dos equipos de Mánchester. Más que un título en juego, porque ambos se disputarán el orgullo y el reconocimiento de toda una ciudad que gane quien gane, tendrá un nuevo trofeo en sus vitrinas.
