Botafogo perdió ante Internacional, pero el partido pudo haber terminado en empate si no hubiera existido el VAR, que le anuló dos tantos al conjunto local.
Dicha situación le provocó mucho malestar a Roberto Fernández, portero de Botafogo. Cuando el árbitro señaló el final, el arquero expresó toda su rabia.
Cuando se dirigía a los vestuarios pasó junto al monitor en el que el colegiado consulta las revisiones del VAR y le propinó tal patada que lo desmontó.