Kathleen Krüger es el nombre de una mujer que está lejos de los flashes, pero que desde ese perfil bajo maneja los hilos del Bayern Munich.
A los 35 años, esta ex futbolista lleva casi diez años como Team Manager o Jefa de Equipo en el conjunto alemán. Sus tareas son múltiples: desde coordinar toda la operación del conjunto bávaro los días de partido (el arribo de los jugadores, el reparto de la información oficial a la prensa e incluso la comunicación entre el cuerpo médico y el entrenador si un futbolista resulta lesionado durante el encuentro) hasta buscar hoteles y lugares de entrenamientos para pretemporadas o viajes al exterior, controlar los planes de alimentación y demás cuestiones administrativas. De ella depende que el día a día del elenco alemán funcione como un reloj y que los protagonistas puedan dedicarse exclusivamente a pensar en el deporte, alejados de toda preocupación respecto de la logística.
Krüger lleva toda su vida ligada al Bayern Munich. Cuando era chica, iba junto a su padre y a su hermano a ver los partidos del equipo y se sentaba en la tribuna sur del estadio. Por esos tiempos, ya jugaba al fútbol y también practicaba karate. Sin embargo, hubo un sentimiento que la llevó a abandonar las artes marciales para enfocarse al cien por ciento en la pelota. “El espíritu de equipo fue lo que hizo la diferencia. Mi equipo siempre fue como mi casa”, dijo en una entrevista concedida tiempo atrás al sitio oficial del club.
El sueño de vestir la camiseta del club del que es fanática se le cumplió en 2003, cuando ingresó al conjunto femenino del Bayern con 18 años. Tras un año en la Reserva dio el salto al primer equipo y allí estuvo hasta que cumplió los 24. El fútbol femenino, aún hasta el día de hoy, no paga salarios que permitan cubrir el costo de vida y así las jugadoras se ven obligadas a tener otros trabajos para subsistir. Bayern Munich no era la excepción y por eso Krüger decidió retirarse joven. “Hacía un gran esfuerzo y ganaba muy poco dinero. Mis compañeras y yo trabajábamos o estudiábamos al mismo tiempo que jugábamos”, relató.
Su carrera en el fútbol se terminó, pero su vínculo con el Bayern Munich jamás se cortó. En 2009 se puso a estudiar managment internacional y, al mismo tiempo, comenzó a colaborar con cuestiones de logística para el equipo femenino del club, del cual había sido parte hasta hace no mucho tiempo. Esa tarea le valió ser convocada para aplicar para el puesto de asistente de Chrstian Nerlinger, quien recién había asumido como director deportivo. Luego de tres meses en los que estuvo a prueba, obtuvo el trabajo.
“Siempre quise trabajar en el mundo del deporte, pero era realista: sabía que este club es muy atractivo y que hay pocos trabajos para muchos candidatos. Así que poder trabajar en mi deporte y en mi club es como sacarse la lotería”, sostuvo Krüger que en 2012 dejó su puesto de asistente y fue ascendida a Team Manager, posición que ostenta hasta la actualidad. Ese cargo le valió que muchos en la prensa comenzaran a llamarla “La Jefa” del equipo.
Desde su oficina, que está ubicada en la Ciudad Deportiva del Bayern Munich, la joven de 35 años maneja todo lo relacionado a la organización y a los procedimientos del equipo. Esto implica que tiene trato cotidiano con los jugadores, el cuerpo técnico, el cuerpo médico y todas las personas vinculadas al plantel.
“Todos aquí tenemos el mismo objetivo: ser profesionales y exitosos”, repite la ex futbolista, casi como un mantra, cuando le preguntan cómo es ser una mujer trabajando con un equipo de varones. Tiempo atrás, contó en una nota con el sitio oficial de la Bundesliga que ella era la única persona por fuera del plantel que integra el grupo de Whatsapp de los jugadores. Su presencia allí se justifica en la necesidad de hacerles llegar el cronograma de actividades de cada día. Sin embargo, allí también se charlan otras cuestiones internas del grupo. “Claro que se mandan chistes e imágenes graciosas, pero no voy a revelar nada de eso”, aseguró, entre risas.
Krüger es una fuente de consulta constante para los futbolistas y también para el entrenador Hansi Flick (y sus antecesores en el puesto, entre los que se encuentra Pep Guardiola). Pero no solo ellos recurren a la ex futbolista por cuestiones del día a día del equipo, también lo hacen los preparadores físicos, los encargados de seguridad, la gente de marketing y los cocineros, entre otros. Todo pasa por sus manos y no hay ningún detalle que se le escape. Qué van a comer los jugadores, que no falten pizarras para hacer la charla técnica, los compromisos con los sponsors y la prensa, y hasta el chequeo del riego de la cancha están entre sus quehaceres diarios. Es por eso que su jornada laboral termina recién cuando todos los integrantes del plantel están en sus casas y sus días de descanso se limitan a las Fiestas y alguna semana en el verano.
Kathleen está en casi todas las fotos de los festejos del equipo desde 2012 a esta parte. Y no son pocos: desde su llegada al cargo ha ganado ocho Bundesligas, cinco Copas de Alemania, cuatro Supercopas alemanas, una Champions League, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. Su compromiso, su arduo trabajo y su profesionalismo la han convertido en una parte fundamental de los éxitos del Bayern Munich y este domingo, si el equipo derrota al PSG, agregará un nuevo trofeo a su vidriera personal.
Fuente: Infobae