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Messi retorna con energía dispuesto a guiar al Barça

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No está escrito en ningun sitio. Ni existe constancia de que exista ese documento que lo acredite. Pero el protocolo Messi lleva más de una década gobernando con autoridad indiscutible la Liga. En Mallorca, y con una nueva imagen, el astro no hizo, ni mucho menos, uno de sus 100 mejores partidos en tan increíble carrera. Quizá no estaría ni entre los 200.

Pero Leo regaló dos asistencias de gol. En la primera un cabezazo suyo dejó solo a Braithwaite y en la segunda, un ya tradicional, pero no por ello menos mágico pase a Jordi Alba. No tenía bastante el capitán del Barça, quien apareció en Mallorca con un aire rejuvenecido, quizá por el cambio de look, tras abandonar el astro su pelirroja barba.

No tenía bastante con dar dos goles (es el máximo asistente del campeonato, con 14) sino que también quería llegar a los 20 tantos, una cifra que no ha abandonado en su carrera desde la temporada 2008-09.

Pulso abierto

Y a Messi le quedan 10 jornadas para engordar esas espectaculares cifras ofensivas en la Liga, empeñado en mantener su hegemonía en los Pichichi. Lleva seis trofeos al máximo goleador el argentino, lo que le permitiría desempatar con Telmo Zarra.

En Mallorca, y mientras se reencontraba con el fútbol después de su más larga ausencia (tres meses sin jugar un partido), el diez se sintió realmente cómodo, obsesionado como está en guiar al Barça a la conquista de la doble corona: Liga y Champions. Y todo en un tiempo exprés. Dos meses como máximo para ventilar toda una temporada, con un entusiasmado y refrescado Messi.

Los demás, rotan; él, no. Antes de la pandemia había encadenado 10 partidos consecutivos jugando los 90 minutos. Tras el virus, y a pesar del cómodo 0-3 que  indicaba el marcador, Leo no quería perder el hábito de seguir marcando. Aunque fuera en el tiempo añadido y con la pierna derecha en otro gesto de que su ambició continúa estando intacta.

Y más ahora que la Liga se libra en un combate sin tregua. El Barça goleó de inicio a fin. Y el Madrid, en su nueva casita de Valdebebas, liquidó su duelo con el Eibar (3-1), manteniéndose así los dos puntos de renta. No hay tiempo ni siquiera para mirar atrás.

El martes, el líder recibe en el Camp Nou al Leganés, hundido como el Mallorca en el sótano de la clasificación, rozando el descenso. El jueves, pisará Valdebebas el Valencia, con opciones de aspirar a la Champions. Y al fondo de la semana (viernes), un Sevilla-Barça, el partido que delimitará el verdadero potencial del líder tras la pandemia. Aunque con el ‘protocolo Leo’ todo es más sencillo.