Este miércoles se cumplen 23 años desde la tragedia en el estadio Mateo Flores que dejó como saldo la muerte de 83 personas (entre ellas hombres, mujeres y hasta niños). En aquella ocasión previo al partido eliminatorio entre Guatemala y Costa Rica, otras 200 personas resultaron heridas.
El motivo fue una avalancha humana que se formó, ya que el estadio tenía una capacidad para 30 mil aficionados y ese día ingresaron 43 mil, según reportes de las autoridades.
La demanda por tener una entrada aquel 16 de octubre de 1996, hizo que más de uno quisiera hacer dinero sin valorar las consecuencias.
La pasión por el fútbol puede dejarnos gratos recuerdos, adrenalina y grandes satisfacciones, pero en nada justifica perder el control de la coherencia. El mercado negro y una descontrolada afición, hicieron que esta tragedia llegara a ser de esa proporción.
Esta ha sido la peor tragedia que se ha vivido en un estadio de fútbol en Centroamérica.
