LA MUJER QUE LO DEMANDA DIJO A SU ABOGADO QUE "ES UN DROGADICTO"
médico de la selección dice que el jugador es propenso a lesiones por su estilo
jorge barraza reflexiona sobre un problema más que tiene en jaque al delantero brasileño
Luego de que médicos del PSG viajaran a Brasil para valorar la lesión que sufrió Neymar durante el partido amistoso entre su selección y Qatar, dieron a conocer que será baja por cuatro semanas,
"Médicos diagnosticaron un esguince del ligamento lateral externo del tobillo derecho sin indicación quirúrgica. El tratamiento de esta lesión se articulará en torno a una rehabilitación funcional. El regreso del delantero del Paris Saint-Germain debería tener lugar dentro de cuatro semanas", se señala en comunicado compartido por el equipo.
El doctor Laurent Aumont y Gérard Saillant, miembro de la junta médica del club, fueron quienes realizaron el vuelo para dar su veredicto.
médico de la selección dice que el jugador es propenso a lesiones por su estilo
El médico de la selección brasileña, Rodrigo Lasmar, afirmó que el estilo de juego de Neymar le hace más propenso a lesionarse del tobillo.
"Las fracturas en el metatarsiano y la torcedura del tobillo no tienen ninguna relación directa. Aunque fueron causadas por la misma acción. El movimiento del pie, del tobillo, en la primera ocasión llevó a una fractura en la base del quinto metatarsiano y también a una rotura en de dos ligamentos en el tobillo. Ahora, por la misma acción, por una fatalidad, por su estilo de jugar... Él recibe una falta, proteje, intenta escapar de una falta y su pie acaba dando la vuelta y eso acaba forzando demasiado. Esta vez, no le pasó nada en el metatarsiano, pero sufrió una rotura en el ligamento", explicó el doctor Lasmar en una entrevista a Globoesporte.
El médico, que le operó cuando sufrió la primera lesión en el pie el año pasado, afirmó que "la fractura está consolidada" y que la torcedura ante Qatar "no afectó la región".
"neymar es un drogadicto"
El escándalo por el caso de violación que pesa sobre Neymar parece estar lejos de resolverse y desde el lado de la víctima las cosas se ponen muy duras día a día.
'Record TV' de Brasil publicó algunos mensajes entre la modelo que acusa de violación a Neymar, Najila Trindade, y su abogado antes de que este abandonara el caso por malos entendidos con su representada.
"Me golpeó y me violó, estaba borracho y drogado, él lo dice en sus mensajes. Es un adicto a las drogas, violento y necesita estar preso. No tiene condiciones para estar en la sociedad" le habría escrito la chica a su ahora ex abogado.
La intención de la modelo es condenar a Neymar y evitar que el futbolista salga limpio de todo este escándalo, incluso por manos propia, lo que habría causado la ruptura con su abogado: "La justicia tiene su camino pero si usted la quiere hacer con sus manos lo mejor es que se busque otro abogado" le aconsejó el letrado.
Parte de la charla de la modelo con su anterior abogado, en detalle:
Najila: ¿Por qué la gente no usa los medios para acabar con la carrera de ese pipoqueiro de una vez? Él me golpeó y me violó. Estaba borracho y drogado, él mismo lo dice en las capturas. Es una persona de mala índole. Viciado en drogas, agresor, que necesita estar preso o ser internado. No está en condiciones para andar en sociedad, porque es una amenaza para él mismo.
Abogado: Calma. Eso inmediatamente después de presentar la denuncia.
Najila: Estoy con rabia. Debería haberle matado cuando tuve la oportunidad.
Abogado: Nunca.
Najila: ¿Usted mostró las pruebas y mencionó el vídeo?
Abogado: He mostrado el informe y he hablado del vídeo y los Whatsapps. Pero no dejé tomar fotos. Ellos saben ya todo. Solo que la arrogancia va a acabar con ellos. No haga nada con la cabeza caliente. Tenemos un buen caso. La guerra se gana con estrategia.
Najila: Yo sé (???) Pero es que desde que estuve allí, no conseguí vivir más mi vida. ¡Estoy flipando!
Abogado: Calma, ¿puedo fijar la (???) segunda?
Najila: (Mensaje borrado)
Abogado (respondiendo mensaje): No va a quedar impune. Pero usted tiene que saber que una pelea como esta se demora.
Najila: (Mensaje borrado).
Abogado: Por eso he intentado el acuerdo.
Abogado: Él va a pagar por lo que hizo por los medios legales.
Najila: (Mensaje borrado)
Abogado: Vamos. Tenemos los medios legales para ganar el caso.
Najila: (Mensaje borrado).
Abogado: Por favor, no envíe mensajes de esa manera a nadie. Mucho menos a una amiga. Y por favor, apague el celular si toma unas o más. Beso.
Najila: Si curre algo conmigo, el vídeo, las capturas (todas las pruebas), van a parar a Internet. Ya lo dejé esquematizado. Y espero que mi hijo no sufra en la escuela.
jorge barraza: Neymar: el personaje está destruyendo al crac
“Nuestro mejor futbolista, Neymar, precisa madurar y volverse hombre”, titulaba su artículo en Folha de Sao Paulo el prestigioso columnista Juca Kfouri.
Era septiembre de 2017, a un mes de la llegada del jugador al Paris Saint Germain. Con preocupación, remarcaba las constantes polémicas, embrollos, vedetismos y chiquilinadas del crack que le impedían consolidarse deportivamente.
Sin contar la noche, las habituales fiestas y su corte de amigos (los llamados Toiss, que son once y viven con él). Juca lo decía de cara a Rusia 2018, donde Ney debía ser el capitán que comandara el barco campeón. Pero el Mundial convirtió a Neymar casi en una caricatura: se caía y se revolcaba simulando golpes no recibidos o exagerándolos.
Un río caudaloso ha corrido en la vida de Neymar desde marzo de 2009, cuando debutó en el Santos. Con grandes alegrías futboleras, un ascenso irresistible y contratos ultramillonarios. También con infinidad de barquinazos en cada esquina de su carrera. Su controvertida fuga del Barcelona hacia el PSG dividió aguas: para unos, un valiente asumiendo nuevos desafíos; para otros, un simple pesetero.
El reto suponía, según su entorno, subirse a una plataforma desde la cual llegaría a la cima total y al Balón de Oro, que estando a la sombra de Messi nunca conseguiría. A la vez, su llegada le permitiría al club parisino alcanzar el anhelado trono europeo, siempre ocupado por españoles, italianos, alemanes o ingleses. Ni una cosa ni otra.
Estos dos años en Francia han acentuado de manera inquietante sus desventuras dentro y fuera del campo. La última temporada en Barcelona ya había sido pobre; ahora, en una liga menos competitiva, ha desmejorado aún más su juego.
Y se han multiplicado sus percances físicos. Desde su llegada a Europa, en 2013, ha sufrido 18 lesiones, que le costaron 71 partidos ausente. De las 18, cinco fueron en el pie derecho, con el que remata -es diestro-.
La quinta fue el miércoles y lo dejó fuera de la Copa América: rotura de ligamento en el tobillo derecho. Al menos un mes y medio inactivo. O dos. Muy delgado -no llega a 68 kilos- sus piernas son dos palitos y empiezan a sentir la acumulación de años de entrenamiento y partidos, así como el rigor de un deporte de mucho contacto físico y de rivales que lo buscan, por su habilidad y su juego a veces provocativo. Pero conste que en las últimas tres se lesionó solo, por torceduras al apoyar el pie. Eso habla de fragilidad. Y 18 lesiones en seis años reflejan que tal vez el cuidado personal no sea el más profesional.
Apenas llegó a Francia tuvo una agarrada brava con el uruguayo Cavani, ídolo de los hinchas y encargado de las pelotas paradas, quien se ganó el derecho de ejecutarlas por antigüedad y por ser el máximo goleador histórico del club. Al primer tiro libre concedido, Cavani fue a rematar, Neymar quiso hacerlo él, forcejearon a la vista de todos y estalló la primera polémica.
Ahí exigió al presidente del club patear los penales y demás faltas, generando un mal clima en el vestuario y en la grada, que apoyaba a Cavani. También había reclamado la camiseta número 10 (en Barcelona usaba la 11). Sobrevendrían muchas más situaciones de divismo, roces permanentes con los rivales y enojos varios.
La hinchada tampoco le perdonó que, tras la primera fractura en el pie, se quedara tres meses en Brasil haciendo la recuperación en lugar de tratarse en París.
“Tuchel está harto de Neymar”, dicen en Francia. El técnico alemán del PSG, de fuerte carácter y quien está firme en su cargo pues acaban de renovarle contrato hasta 2021, estaría molesto con todo el ruido que genera Neymar a su alrededor y por los continuos cortocircuitos con ciertos compañeros. Tuchel quiere paz, la necesaria para desarrollar su trabajo armónicamente.
Para peor, no podrá contar con el 10 en los primeros partidos de la próxima temporada: Neymar tiene 2 fechas de suspensión para la Liga local por tirar una bofetadita a un aficionado cuando subían al palco a recibir la medalla de subcampeones de la Copa de Francia.
Y otras 3 para Champions por insultar al árbitro cuando fueron eliminados ante el Manchester United. “Un árbitro de mie…”, escribió en sus redes sociales. El DT ya mostró su enfado cuando, en su monumental fiesta de cumpleaños número 27, Neymar se puso a bailar estando en muletas, convaleciente de la segunda fractura en el metatarsiano.
En el medio ha recibido críticas feroces de campeones franceses como Eric Cantona (¿A qué vino a Francia… a jugar contra el Amiens y el Guingamp?”) o Christophe Dugarry (“El partido de Neymar ante el Manchester United ha sido inadmisible, escandaloso. Incluso irrita a los ojos ver lo que ha hecho. Neymar se ha burlado del mundo”).
Hablaba del último juego de Champions disputado por el brasileño.
Futbolísticamente no ha podido cumplir las expectativas personales ni las del club, con el agregado de que los focos abandonaron su figura y apuntaron a otra: Kylian Mbappé. El joven de 19 años le robó el protagonismo marcando más goles, elevándose a la categoría de superestrella mundial. Y él sí logró la corona en Rusia.
El márketing ha hecho lo indecible por mantener a Neymar en el carro donde viajan Messi y Ronaldo, pero los otros, aunque más veteranos, no aflojan en la cancha. El año anterior Ney no figuró entre los primeros diez para el Balón de Oro, en este quizá no entre en la lista preliminar de 30.
Se cumplieron en marzo diez años de su debut en Primera División por el torneo Paulista. Ya en ese instante se vio que estaba llamado a ser un jugador distinto, un crac. También allí, los que supieron verlo, podían advertir que se trataba de una vedette futbolística.
Desde entonces venimos escuchando a Pelé, Cafú, Kaká, Rivaldo, Ronaldo, Ronaldinho, Roberto Carlos y varios compatriotas más, augurar que Neymar sería “o melhor do mundo”, “o próximo Balón de Ouro” y varias profecías más. Pasó una década, aún no cumplió ninguno de esos vaticinios. No pueden ser culpados.
Es muy, muy difícil advertir tantas condiciones técnico-físicas en un jovencito: movimientos fascinantes, facilidad extrema para la gambeta, excelente disparo, velocidad, talento, gol, atrevimiento, verticalidad. Todo con el sello brasileño en el estilo: alegre, ofensivo. Y en un sólo envase. Pero pasaron por alto la mentalidad: el infantilismo crónico, los malabares burlones en la cancha, el deseo casi desesperante de figuración, la inclinación por las fiestas. Y la poca pasión por el juego en sí: Neymar jamás habla de fútbol, de una jugada, de una cuestión táctica.
Neymar parece estar metido dentro de una lavadora que funciona día y noche. Tiene 27 años y ha vivido por cincuenta. En esa vorágine, los sucesos lo atropellan. La denuncia de violación presentada contra él por la modelo Najila Trindade es una de tantas, aunque sí la más grave, al punto de que sus patrocinadores han informado que siguen con preocupación el caso, y Mastercard directamente suspendió la campaña publicitaria con su figura.
Tite ha tenido suerte: el tobillo derecho de Ney lo salvó de afrontar la Copa América con un caos mediático alrededor. Al quedar desafectado Neymar, la calma presidirá el campamento. Como Tuchel y Tite, los técnicos van a empezar a escaparle a todo lo que representa Neymar.
En tiempos de Maradona futbolista, reinaba el “sidieguismo”, una iglesia de fieles (periodistas incluidos) que le decían sí a todo, reían, apoyaban o callaban cualquiera de sus dislates o exabruptos. Con Neymar parece suceder algo similar. En Santos, con 18 años, hizo echar a un técnico por no dejarle patear un penal.
Pero antes armó un escándalo en el campo. Esa tarde, René Simoes, entrenador del rival, elaboró una frase que hoy recuerda todo Brasil: “Nunca había visto a nadie tan maleducado. Cuidado, estamos creando un monstruo”.