Una montaña rusa de emociones condujo al Tottenham y al Liverpool a la final de la Liga de Campeones en el estadio Metropolitano de Madrid, con una fase de grupos discreta en ambos casos y remontadas de calibre en sus cruces, especialmente en las semifinales ante el Ajax y el Barcelona, respectivamente.
Dos equipos que se clasificaron segundos, que tuvieron que sufrir en la última jornada de la fase grupal, que apenas tuvieron respiro en las eliminatorias y que requirieron una proeza, el Tottenham en Ámsterdam y el Liverpool en Anfield ante el Barcelona, para sellar su billete a Madrid. Dos caminos de riesgo para la gloria.
El Tottenham dirigido por el argentino Mauricio Pochettino quedó encuadrado en un grupo exigente, el B, en el que tenía que enfrentarse al Barcelona de Lionel Messi -que había prometido el título de la 'Champions' a su afición al inicio de la temprada- y en el que cayó el 'coco' del bombo 4, el Inter de Milán italiano.
Precisamente en Milán y contra los 'nerazzurri' debutó el Tottenham, donde fue derrotado por 2-1 con goles del argentino Mauro Icardi y del uruguayo Matías Vecino; su siguiente rival fue el Barcelona en Wembley, que se puso 0-2 en media hora y respondió al intento de remontada con dos goles de Messi (2-4).
Sin puntuar aún, los 'Spurs' viajaron a Eindhoven y llegaron a ponerse 1-2, con goles del brasileño Lucas Moura y Harry Kane, pero un gol final de Luuk de Jong después de que hubiera sido expulsado el portero francés Hugo Lloris por una patada fuera del ára al mexicano Hirving Lozano, dejó su botín en un punto que supo a poco.
La reacción era indispensable para el conjunto londinense, que se alió con Wembley para ganar 2-1 al PSV con doblete de Kane y 1-0 al Inter con un gol del danés Christian Eriksen en los últimos diez minutos. En la última jornada a la que llegó igualado a 7 puntos con el Inter por la segunda plaza, el empate en el Camp Nou (1-1) y la igualada del PSV en Milán (1-1) dio a los 'Spurs' el pase a octavos.
El sorteo emparejó al conjunto de Pochettino contra el Borussia Dortmund, primero del grupo A, una eliminatoria solventada con soltura gracias al 3-0 de Wembley en la ida, con tantos del coreano Son Heung-Min, el belga Jan Vertonghen y Fernando Llorente, y ratificada con otra victoria en la vuelta (0-1).
Las grandes emociones llegaron a partir de los cuartos de final contra el Manchester City, con un escueto 1-0 favorable en la ida, que supuso el debut europeo del nuevo White Hart Lane. La vuelta en Manchester fue frenética: cinco goles en los primeros 21 minutos (3-2 para el City, clasificación para el Tottenham), y dos goles en la segunda parte que dieron el pase a los 'Spurs' con el 4-3 final.
Ante el Ajax, en semifinales, el joven y prometedor conjunto holandés, que venía de dejar por el camino al Real Madrid y el Juventus, se adelantó en el nuevo White Hart Lane (0-1) y se las prometía felices con el 2-0 en el Johann Cruyff Arena en la primera mitad.
Pero el último 'looping' de la montaña rusa del Tottenham se llamó Lucas Moura. Tres goles del brasileño, dos en cuatro minutos para empatar el duelo y uno en el último minuto del tiempo añadido para decantar la balanza, firmaron el pasaporte inglés a la final madrileña, ante un atónito público 'ajacied'.
Tampoco estuvo exento de emociones el recorrido del Liverpool por la máxima competición europea, a la que llegaba con la vitola de haber sido el anterior finalista ante el Real Madrid. Al formar parte del bombo 3 en el sorteo, se le auguraban rivales de relumbrón: el PSG francés y el Nápoles italiano, junto al Estrella Roja serbio.