Por declararse culpable de los cargos de corrupción y fraude en el escándalo denominado FIFAGate, el expresidente de la Federación Nacional de Futbol de Guatemala, Brayan Jiménez, fue condenado con una pena mínima de 2 años de prisión por una corte de Nueva York, aunque no irá a la cárcel y deberá permanecer en territorio estadounidense.
Jiménez fue capturado el 12 de enero de 2016 y extraditado el 1 de marzo de ese mismo año, acusado de haber recibido sobornos para otorgar derechos de televisión de los partidos del eliminatorio rumbo al Mundial de Catar 2022 y para las elecciones de las sedes de la máxima justa desde Sudáfrica hasta Catar 2022.
Junto a él también están involucrados sus compatriotas Rafael Salguero y Héctor Trujillo, quienes ya fueron sentenciados.
Jiménez, que estaba en prisión desde su detención en enero de 2016, fue condenado por la jueza Pamela Chen a una pena correspondiente a los días ya pasados en la cárcel, según un portavoz de la corte y su abogada Justine Harris.
Al salir de la corte estadounidense, Jiménez dijo que se sentía “bendecido”, y Harris indicó que su cliente solo deseaba dejar todo el caso atrás.
“Creo que yo ya no estoy en eso (los asuntos de corrupción) y espero que con estos ejemplos que tenemos ahora, haya una corrección en el fútbol, para todos, para todos en general”, indicó Jiménez a periodistas.
La jueza Chen decidió poner a Jiménez en libertad condicional durante dos años, pero permitió la devolución de su pasaporte y sugirió a las autoridades migratorias que le permitieran regresar a Guatemala.