El futbolista Alexandre Song pasó sin pena ni gloria por el FC Barcelona, club al que llegó en el 2012 y jugó dos temporadas. Después pasó por el West Ham y su último periplo fue el Rubin Kazan de la Liga rusa, donde atravesó momentos muy duros.
Así lo confesó Alexandre en una nota al diario The Telegraph.
"Cuando firmé me dijeron que me darían una casa pero luego, pasaban los meses y no la tenía. Al final, me sacaron del hotel y tuve que vivir en la ciudad deportiva. En el club seguían diciéndome que tenía que esperar a que acabasen la casa. Un día hablé con una de las encargadas de diseñarlas y me dijo que nadie le había encargado nada", confesó el ahora jugador del FC Sion, de Suiza.
Aunque asegura que no llegó a llorar, Song confesó que sufrió varios momentos de depresión por su surrealista situación en el equipo ruso: "Hay buenos restaurantes en la ciudad y la gente es agradable pero nunca salí porque no tenía amigos. Comía siempre en las instalaciones del club y siempre solo. Me estaba volviendo loco. No lloraba, pero estaba muy estresado", contó el camerunés.
El Rubin Kazan no le pagaba
Song vivía aislado, sin amigos y encerrado en su propia habitación, con la única compañía de su ordenador: "Pasaba el tiempo sentado en mi habitación y nunca encendía la luz. Estaba siempre con mi ordenador, sin televisión siquiera porque no entendía nada al estar en ruso".
Song incluso llegó a tener problemas de liquidez por los impagos del Rubin Kazan: "El club me decía que el dinero llegaría a mí cuenta, pero eso nunca sucedía". Por suerte para él, su situación el Suiza ha cambiado radicalmente: "Básicamente perdí un año de mi carrera en Rusia. Ahora, estoy jugando y feliz otra vez", concluyó.