Si bien todos hemos escuchado de Edson Arantes Do Nascimento, mejor conocido como Pelé, muy pocos saben esta bella e histórica historia.
Edson Arantes Do Nascimento, más conocido como Pelé, en sus primeros momentos como futbolista, dejó por un momento los goles para ponerse los guantes, hecho con el que colaboró a que el Santos de Brasil llegara a una final que terminaría siendo un momento glorioso.
Vamos a recordar qué fue lo que pasó. Nos remontamos a un 4 de noviembre de 1959, donde el Santos de Brasil se medía ante el Gremio por el pase a la gran final del Campeonato Brasileño. El partido había sido sumamente complicado pero muy entretenido, pues el marcador se encontraba 4-3 en favor del equipo de la leyenda brasileña.
Pelé llevaba la módica cantidad de tres goles con el que Santos estaba por amarrar su pase a la final, pero al minuto 84, el arquero Gylmar vio una tarjeta roja que dejó a su equipo con una enorme desventaja y sin otro portero que pudiera reemplazarlo, Pelé decidió ofrecerse para ponerse los guantes y afrontar los últimos minutos, los cuales podrían ser los más difíciles de toda su carrera.
El Director Técnico decidió que el equipo debería tratar de aguantar el resultado, por lo que Gremio atacó con todo y Pelé tuvo que aprender a bolar y a jugar con las manos ante tal ataque. Según se recuerda, cuando menos detuvo 5 balones que tenían dirección directa de gol, por lo que en ese momento, además el hat-trick que ya tenía en su cuenta, puede sumar atajadas salvadoras que lo llevaron a la gloria.
Al final del encuentro, con su camiseta con el número 1 en la espalda, Pelé fue ovacionado por sus compañeros, los aficionados, pero en particular por él mismo, ya que no podía creer lo que acababa de suceder. Esta historia es muy poco conocida pero es un hecho tremendo.
Fuente: sopitas.com - Diario AS