El nombre Lennart Thy es bastante desconocido en el fútbol, sin embargo, después desde el pasado lunes, gran parte lo recordará. El alemán fue distinguido con el premio al ‘fair play’ en los Premios The Best de la Fifa.
La historia se remonta a siete años atrás cuando Thy se ofreció a donar a sangre para un posible paciente que sufriera leucemia. En ese entonces el jugador jugaba en el Werden Bremen de la Bundesliga de Alemania.
En marzo de este año, Thy recibió una llamada desde Alemania donde fue notificado que su ADN era compatible con un paciente de leucemia, algo poco probable de producirse.
Los médicos le aseguraron al alemán que si donaba más de su sangre podrían obtener numerosas células madre y así poder realizar un trasplante para curar a su paciente.
El VVV-Venlo, de la Liga de Holanda, no dudó en permitirle a su jugador salir de la concentración de su equipo aun sabiendo que se perdería uno de los partidos más importantes de la temporada: contra el PSV, que luego se coronaría campeón.
El partido quedó 3-0 a favor del PSV, sin embargo, a pesar de que Thy no estuvo en la cancha ese día, el alemán fue elegido como el jugador del partido debido a lo realizado.
El periodista Guillermo Oshiro Uchima, en una nota presentada por el diario El Comercio de Perú, le dedicó la siguiente nota:
El Royal Festival Hall, majestuosa edificación a las orillas del Támesis en Londres, le abre sus enormes puertas a las estrellas del fútbol mundial para la gala del The Best, mientras Lennart Thy ingresa sin que alguien se percate de su presencia. Para ser más precisos, nadie lo tiene en el radar, es solo un delantero alemán que será reconocido horas después con el simbólico premio Fair Play. El foco está en saber quién se quedará con el trofeo de mejor jugador del 2018, el que vale, el que importa mediáticamente.
El pasado de Thy poco interesa. Nadie indaga sobre él. Qué importa si desde los 16 hasta los 20 años integró todas las selecciones menores de Alemania y llegó a su cenit deportivo muy temprano, en el 2008 cuando consiguió el título europeo Sub 17 siendo goleador y haciendo dupla de ataque con Mario Götze, quien años después le daría el título mundial a la Mannschaft en Brasil 2014.
En aquel combinado destacaban también el portero Marc-André Ter Stegen (hoy en el Barcelona) y el otro campeón Shkodran Mustafi (zaguero del Arsenal). A Lennart el destino lo colocó en otro sendero.
Hoy, con 26 años, su carrera futbolística ha caído en una curva descendente claramente pronunciada que lo ha llevado hasta el Erzurum BB, recién ascendido en la Superliga de Turquía, colero absoluto y haciendo méritos para volver a Segunda División con 2 puntos en seis fechas.
Su futuro prometedor es tiempo pasado, y olvidado. Al menos en términos futbolísticos. En lo personal es otra historia. Tras conocerse las razones por las que fue galardonado, su nombre debería ser remarcado para jamás olvidarlo.
Lo suyo es una lección de vida que incluso tiene muchísimo más mérito que el trofeo que se llevaron a casa el croata Luka Modric o la brasileña Marta. Se trata de un hombre común que actúa como tal. No es un crack acostumbrado a ser calificado con adjetivos rimbombantes por sus habilidades ‘sobrehumanas’ en la cancha. Él humaniza a un deporte habituado a elogiar lo que excede de las capacidades normales, donde se valora y prioriza el triunfo.
La historia de Lennart merece ser contada. Hace unos meses recibió una llamada desde su país y pidió licencia al VVV-Venlo, club holandés que defendía. Se perdió el imperdible duelo ante el PSV que terminó 3-0 en contra, pero él ganó el mejor trofeo posible: la ovación de los hinchas porque, como indicó el club, “se fue para salvar una vida”. Siete años atrás decidió donar sangre en Alemania para que sus células madres fueran a un banco con la finalidad de ayudar a curar personas que fuesen compatibles con su ADN. Ese propósito vio la luz cuando un paciente con leucemia necesitó su sangre. Lennart hizo el viaje sin pensarlo dos veces. Un sencillo acto de humanidad que no muchos están dispuestos a hacer.
En tiempos donde preferimos resaltar a los futbolistas ‘extraterrestres’, Thy nos da una lección. Nos demuestra que siempre hay que hacer lo humanamente posible. El único The Best indiscutible en la gala del lunes es para él.
