El excapitán de la selección Sub-17 de Honduras, Allan Rivera, se encuentra arrestado en un centro de detención de inmigrantes en el estado de Georgia, a la espera de su deportación de EE.UU.
El futbolista de 20 años, quien jugó en el 2015 el Mundial sub17 en Chile, en fue detenido por la Patrulla Fronteriza tras intentar cruzar la frontera de forma ilegal hace cinco meses y desde entonces se halla ingresado en el Centro de Detención de Stewart.
Según declaró al periódico Mundo Hispánico, Rivera decidió emigrar a Estados Unidos tras ser víctima de asaltos, extorsiones y hasta intentos de secuestro en su natal Honduras.
Rivera buscaba reunirse con su padre, que reside en la ciudad de Nueva Orleans (Luisiana) y del que está separado hace 15 años, para explorar la posibilidad de jugar en algún equipo de la liga estadounidense de fútbol, la Major League Soccer (MLS, por sus siglas en inglés).
El exjugador del Real España de Honduras calificó la experiencia que vive estos días como un “calvario”, aunque dijo que prefería estar “encerrado” en Georgia antes que ser asesinado en su país.