El último título que adquirió Brasil fue en el 2002. En la edición que organizaron conjuntamente Corea del Sur y Japón, el equipo que en aquel momento era conducido por Luiz Felipe Scolari bordó su quinta estrella internacional en un certamen que fue de menor a mayor.
Tras superar a Turquía (2-1) en un debut polémico, China (4-0) y Costa Rica (5-2) en la fase de grupos, el combinado sudamericano tuvo que enfrentar a Bélgica en los octavos de final del torneo asiático, otro partido que dejó un arbitraje sospechoso.
En el único antecedente que existe en la historia de la Copa del Mundo entre ambos equipos, Peter Prendergast tuvo un arbitraje dudoso, dado que anuló un gol lícito de la escuadra europea cuando el choque estaba 0 a 0.
Dieciséis años después, el jamaicano volvió a ser noticia a pesar del historial controvertido. Como en el compromiso jugado en Kobe (Japón), el juez invalidó el tanto de Marc Wilmots por haber tocado en la espalda de Roque Junior en su remate de cabeza, varios medios belgas se pusieron en contacto con el colegiado para que deje sus sensaciones de cara al duelo que se revivirá en Kazán.
Aquel contacto leve, que en Bélgica se considera como uno de los grandes escándalos en contra de su selección, permanece en la memoria colectiva de los hinchas; y desde que se supo que Brasil y Bélgica se iban a enfrentar en Rusia, el teléfono de Peter Prendergast, ahora retirado, ha sonado con insistencia, especialmente por llamadas de diarios y radios belgas.
En dichas entrevistas el jamaicano se ha mostrado conciliador y ha dicho que espera una victoria de los Diablos Rojos por el buen fútbol que han mostrado: "Mi corazón está a vuestro lado", asegura la prensa belga que dice cuando le preguntan por el partido venidero.
A pesar de haberse enfrentado en otros 3 amistosos (2 triunfos de Brasil y otro de Bélgica), el cruce más recordado es el del 2002, donde los europeos debieron volverse a casa y los de Scolari continuaron su camino rumbo a la final.
La victoria sobre Inglaterra (2-1), el ajustado triunfo frente a Turquía (1-0) y la superioridad contra Alemania (2-0) decoraron el destino del pentacampeón del mundo. Los Diablos Rojos, que nunca han podido quedarse con el trofeo más codiciado del planeta, buscarán su revancha.
