El gobierno de Rusia elevó en 13 millones de dólares los subsidios al Mundial, en un momento en que se manifiestan preocupaciones sobre el legado que dejará el certamen para este país.
Las órdenes gubernamentales asignan fondos adicionales por 481,6 millones de rublos (7,6 millones de dólares) para infraestructura temporal relacionada con la Copa del Mundo, así como 334,2 millones de rublos (5,3 millones de dólares) para la empresa estatal responsable de dar mantenimiento a los estadios.
Ello eleva el gasto total en el Mundial a unos 679.000 millones de rublos (10.700) millones de dólares, sin incluir algunas erogaciones clave en infraestructura.
Un análisis de la firma rusa de noticias empresariales RBK ha calculado que el gasto total se acerca más a los 14.000 millones de dólares, con lo que este mundial sería el más caro de la historia.
Distintos funcionarios regionales rusos han pedido más recursos federales después del Mundial para evitar que los estadios generen pérdidas por millones de dólares anuales. Dichas pérdidas obedecerían a la dificultad para dar mantenimiento a los inmuebles y a que muchos de éstos son más grandes de lo que se requiere para las necesidades habituales de las distintas ciudades.
