Como se ha podido observar este viernes durante el trascurso del partido entre Egipto y Uruguay, el Ekaterimburgo Arena presenta una de las mayores rarezas vistas en un estadio en la historia de los mundiales. Uno de sus fondos se encuentra fuera de la estructura del estadio, dando lugar a una curiosa imagen: los espectadores que se sientan en el citado fondo no están cubiertos como si lo están el resto de asistentes.
El motivo de este curioso arreglo es la ampliación de la capacidad del estadio hasta llegar a los 35.000 espectadores exigidos por la FIFA para albergar un partido de la Copa del Mundo. Hasta ahora, el estadio del FC Ural, equipo de la Liga Rusa, disponía de 27.000 asientos, por lo que hubo que recurrir a esta llamativa solución para que una de las ciudades más orientales de Rusia pudiera ser sede mundialista.
Además del Egipto-Uruguay, el Ekaterimburgo Arena, construido en 1953, albergará tres partidos más, todos de la fase de grupos. Para volver a ver su novedosa estructura habrá que esperar hasta el próximo martes, cuando Francia se medirá a Perú. Después se jugarán el Japón-Senegal y el México-Suecia, el 24 y 27 de junio respectivamente.