Hace algunas semanas el francés despidió a cocinero que le asignó el equipo catalán
El equipo del Barcelona se ha liberado de presión para lo que queda de temporada y los jugadores ya se muestran más liberados sobre el terreno de juego. Un ejemplo de ello fue Ousmane Dembélé el pasado miércoles en la victoria contra el Villarreal.
El futbolista francés del Barcelona ha cargado toda la temporada con el peso de ser la segunda inversión -primera hasta la llegada de Coutinho en invierno- más grande de la historia del club y una grave lesión tampoco le ha dejado brillar apareciendo en las últimas semanas rumores que apuntaban a que podría salir cedido en busca de minutos.
Ante el Villarreal, Dembélé se desenmascaró y cuajó una excelente primera mitad siendo clave en el primer gol azulgrana con una veloz cabalgada en la que regateó a dos defensores antes de disparar y de que Coutinho aprovechara el rechace de Asenjo. Sería sólo la primera señal de su 'aparición' sobre el césped ya que dejaría tras ello una gran muestra de regates y arrancadas que dejaron más certezas del potencial del joven jugador de 20 años por el cual el Barcelona pagó más de 100 millones el pasado verano.
Apareció más en el primer tiempo, pero en la segunda mitad logró añadir su nombre al de los goleadores del partido al empujar a la red un servicio de Rakitic, que habilitó al francés tras una fenomenal jugada y en la última jugada del encuentro aprovechar una contra para definir con una vaselina ante Asenjo tras una galopada desde su propio campo. Sumó con estos dos tantos tres goles esta temporada con el Barça en LaLiga.
La anécdota sobre el despido del cocinero que le asignó el Barcelona
Dembélé despidió hace algunos meses al cocinero que el club le había contratado para que mejorara su alimentación.
La razón? El atacante de los 105 millones de euros (más otros 40 en variables) es un amante del 'fast food', un tipo de alimentación para nada recomendable para un deportista de élite, además de por las razones obvias, porque se ha demostrado que hace a sus consumidores propensos a las lesiones.
El caso es que Dembélé no tuvo desde el minuto 1 nada de 'feeling' con el cocinero en cuestión. Un altercado con una bombona de gas en una barbacoa que había organizado el delantero con unos amigos propició el despido.
Ahora el jugador ha contratado una cocinera privada y, además, un osteópata que debería ayudarle con sus problemas musculares. En el club no pondrán problema a esta contratación, siempre que el francés la comunique.
Fuente: El Desmarque / Ecodiario España