A los 64 años murió el ex futbolista René Orlando Houseman. Jugaba de delantero, mayormente de puntero por la derecha, y es considerado uno de los mejores wings de la historia del fútbol argentino.
Idolo de Huracán y campeón del mundo en Argentina '78 bajo la dirección de César Luis Menotti, el Loco, que luchaba contra un cáncer de lengua desde octubre pasado, era un fanático del club Excursionistas, donde se retiró en 1985. De hecho, la entidad había anunciado: "Nuestro querido René atraviesa un difícil momento de salud".
Houseman se había iniciado en el fútbol en 1971, en Defensores de Belgrano. Y con apenas 20 años se erigió como figura del Huracán de Menotti, un equipo que quedó en la historia no solo por el título del Metropolitano de 1973, sino también por la pulcritud de su juego y el buen tratamiento de pelota. Su lucimiento le valió la convocatoria para el Mundial de Alemania 1974, donde jugó 6 partidos.
El Loco alcanzó la gloria a nivel internacional en el Mundial de Argentina '78, en aquel equipo capitaneado por Daniel Passarella. En total, en la selección jugó 55 partidos y convirtió 13 goles. Además pasó por River (1981), Colo Colo de Chile (1982), AmaZulu de Sudáfrica (1983), Independiente (1984) y Excursionistas, donde se retiró en 1985. Pero en el Globo mostró su mejor versión doméstica y participó en 277 partidos con 109 goles; fueron tres períodos en Parque de los Patricios: 1973-1980, 1981 y 1983.
Con el deceso de Houseman son tres los campeones del mundo fallecidos, entre los que se consagraron en los mundiales de Argentina '78 y México '86: José Luis Cucciufo, que formó parte de la gesta en el estadio Azteca, y Rubén Galván, recientemente desaparecido y que celebró en la cita.
El día que Menotti encontró a Houseman en la villa y recibió una respuesta increíble
René Houseman escribió sus mejores historias dentro de la cancha gracias a su talento imborrable. Aunque también quedó la marca de las inolvidables anécdotas que coleccionó por su personalidad muy particular fuera del campo de juego.
El propio Loco contó alguna vez su escapada de una larga -al menos para él- concentración antes de un partido de Huracán. Menotti, su entrenador, sabía dónde encontrarlo y salió hacia una villa de emergencia.
El Flaco vio gente arremolinada alrededor de un campo de juego y encaró hacia ahí. De repente lo vio: René estaba sentado a un costado en el banco de suplentes, observando el partido.
"Houseman, ¿qué hace acá?", lo interrogó el DT, y se encontró con la respuesta propia de un genio: "¿Qué quiere que haga? Mire cómo la mueve el wing nuestro".
René aseguró, más allá de la humorada, que en realidad en los partidos en la villa iba al banco de suplentes para evitar riesgos de lesiones. Como para no quemar el puente que lo unía con el profesionalismo.