El 2017 no marcará el fin de la carrera del Óscar Pérez, pues el arquero de Pachuca de 44 años de edad declaró que continuará en las canchas durante seis meses. Después de su participación en el Mundial de Clubes junto a los Tuzos, el Conejo aseguró que está agradecido con la directiva del club por alargar su contrato medio año más.
“Muy agradecido con el Grupo Pachuca, con Jesús Martínez, Andrés Fassi y Marco Garcés. Al término del partido (en el Mundial de Clubes) me dan la noticia y estoy muy contento. Yo, como siempre, a tratar de cumplir lo mejor posible y a colaborar con lo que pueda con el club”, aseguró Óscar en unas declaraciones reproducidas por diario Récord.
A Pérez le conocen como el Conejo, por esa agilidad que aprovecha para ser un guardameta antológico. La fortuna le acompaña, también el tiempo. En mayo, ha anunciado, se retira de manera definitiva.
Comparado con otros porteros, Pérez el más viejo. El portero alemán Oliver Kahn dejó el fútbol a los 39 años, el francés Fabien Barthez se despidió a los 36. El Conejo incluso es más viejo que el viejo que el húngaro Gabor Kiraly, de 40 años, que participó en la pasada Eurocopa. Y también por encima del ruso Lev Yashin, quien se jubiló a los 42. El guardameta mexicano es mayor que Gianluigi Buffon (39), Pepe Reina (35) e Iker Casillas (36).
Pérez comparte con Essam El-Hadary el nombramiento no oficial de ser uno de los porteros más longevos a nivel profesional. El egipcio, portero titular en su selección, es más viejo que el mexicano solo por 17 días. El Conejo se quedará sin romper la marca del colombiano Faryd Mondragón, quien con 43 años, logró jugar el Mundial de Brasil 2014.
El Conejo Pérez ha amagado a la prensa con su jubilación del fútbol. Desde hace ocho años planea su retiro y en ese mismo lapso lo ha evadido. Se ha ganado la confianza de sus clubes para ser titular. Desde hace cuatro años es el portero estrella de Pachuca. Ahora tiene 44 años. "No, no, no. Ya en mayo terminaríamos", habla mientras firma los nuevos balones de la Liga MX. En la sala de la torre BBVA Bancomer los empleados aguardan el momento para capturar un poco de la esencia del portero.
"La sorpresa me la dieron al término del partido por el tercer lugar en el Mundial de Clubes. Se acercaron Jesús Martínez, Andrés Fassi y Marco Garcés [presidente, vicepresidente y director deportivo de Pachuca] para darme esa noticia: de que iba a seguir un torneo más. Y qué te puedo decir. Si me están dando confianza es por algo, ¿no? He mantenido un buen nivel", menciona el hombre que viste unos vaqueros oscuros, unos mocasines y un suéter.
Pérez se ha comido a los años. En 1993 debutó en la primera división. Tenía 20 años y también un tremendo fleco. Se hizo figura en el Cruz Azul. Es uno de los últimos grandes ídolos y también sobreviviente del más reciente título de liga del conjunto cementero. Tras su salida se pronosticaba su retiro. Pero no. Pasó un año en los Tigres, luego una aventura con Chiapas. Encalló en Necaxa en el 2010, un año después estuvo en San Luis y, en 2013, resucitó en Pachuca.
Pérez es parte de esa interesante generación de porteros mexicanos junto con Jorge Campos, Oswaldo Sánchez y Pablo Larios. Ahora el fútbol mexicano ha perdido el toque y los clubes han apostado por el talento foráneo. "Sí hubo un tiempo donde salieron muchos porteros mexicanos. Falta un poco más de paciencia, de confianza hacia el portero nacional. Hay material humano para ir sacando. Ojalá que a los nuevos chavos les den esa oportunidad", reprocha mientras se acomoda su anillo.
Pachuca acaparó la atención en el Mundialito por dos hechos contrarios: tener al portero más longevo del torneo, con Óscar Pérez, y tener al futbolista más joven en anotar en el certamen, Roberto De la Rosa de 17 años. "No tengo problemas en el vestidor. Obviamente depende de uno adaptarse al círculo que lo está rodeando. Me tratan como uno más y eso es bueno. Me tienen respeto", admite Pérez que sigue estirando el cuello para las fotos.
"Yo tenía la inquietud de seguir. Sin duda el nivel de exigencia en el Mundial de Clubes es muy alta. Quería ver en qué nivel estaba y me sentí bien. Lo poco que pude intervenir creo que lo resolví de la mejor manera y eso me invitó a seguir jugando, que todavía estoy reaccionando bien, que estoy rápido. Eso me hacía ilusión para seguir", menciona Pérez.
Este jueves jugará la final de la Copa MX frente al Monterrey. El Conejo Pérez ya ha ganado ese torneo, lo hizo con Cruz Azul en 1996. El año pasado levantó el título de liga con Pachuca, hace unos días se colgó el bronce del Mundialito. A este conejo nadie lo detiene.
Fuente: Diario Récord México - Diario El País España