El VAR (Sistema de Asistencia Arbitral por Video) tuvo la noche del miércoles un pésimo estreno en el partido que Lanús le ganó a River Plate 4-2 en el Estadio Néstor Díaz Pérez y le sirvió a los Granates para acceder por primera vez en su historia a la final de la Copa Libertadores.
A Wilmar Roldán se lo vio incómodo al tener que utilizar un sistema que le resultó demasiado nuevo para un cotejo de semejante trascendencia y tampoco dio la impresión de que la conexión con quienes seguían las acciones en las pantallas haya sido lo suficientemente fluida, y que los criterios para su implementación hayan estado bien claros.
Todo parecía encaminado para la clasificación de River porque había ganado el juego de ida 1-0 en el Monumental y en este desquite se imponía 2-0 por las conquistas de Ignacio Scocco y Gonzalo Montiel e inclusive en otra maniobra dentro del área del adversario del ex Newell’s Old Boys hubo una clara mano de Iván Marcone, pero la falta no fue cobrada por el árbitro y tampoco se recurrió al VAR para evacuar cualquier tipo de duda.
En el segundo período, Lanús se puso 2-2 por intermedio de José Sand antes de que se cumpliera el primer minuto. Luego de ese gol, Roldán hizo uso por primera vez del VAR para despejar las dudas en la posición en la que recibió el correntino, y luego convalidó la igualdad parcial. En la escena previa al tercer gol de Lanús, el que convirtió Lautaro Acosta, hubo un golpe de puño intencional de Román Martínez a Ariel Rojas, pero tampoco se recurrió a la tecnología para aclarar el tema.
El juez colombiano volvió a pedir la asistencia en oportunidad del penal de Montiel a Nicolás Pasquini y en ese caso sí le sirvió para corregir su error y sancionar el remate desde los doce pasos. En definitiva, el VAR es una herramienta útil para contribuir a un fútbol más justo y con menor margen de error, pero se lo puso en funcionamiento en una instancia crucial y sin que los árbitros dispusieran de la práctica conveniente para desempeñarse con naturalidad y seguridad. De esta manera, se vuelve a poner en el tapete la utilización o no de la tecnología en el fútbol.