El Real Betis, una vez más sin la presencia del costarricense Joel Campbell empató como visiante 4-4 ante la Real Sociedad en duelo muy emocionante. Los beticos se ubican en la cuarta posición de LaLiga con 13 unidades tras 7 partidos disputados. Después de la fecha FIFA, los verdiblancos enfrentarán al Valencia como locales.
FESTIVAL DE GOLES EN ANOETA
Una mañana gris, fría de lluvia. De esas en las que lo normal es quedar en casa y dejar el fútbol para otro día. Sin embargo, los que echaron mano de abrigo y paraguas para ir a Anoeta no se arrepintieron. Real Sociedad y Betis decidieron agradecer a los 19.669 que desafiaron al mal tiempo con un partido de esos que encienden a la grada a la par que inquietan a los entrenadores.
La primera media hora fue una bendita locura. Empezó golpeando el Betis, se levantó la Real por las bravas y con Odriozola desbocado -una vez más- en la banda derecha. La rebelión vasca no acogotó a los de Setién, que tardaron sólo dos minutos en responder a la bella obra construida por la Real para que Oyarzabal hiciera el 2-1.
El cabezazo a la red de Feddal llevó a los dos equipos a firmar una minitregua, pequeña porque la sensación de que otro gol podía aparecer en cualquier momento flotaba en el aire de manera permanente. El descanso sirvió para rebajar las pulsaciones de un primer tiempo para editar como ejemplo de fútbol-diversión.
La calma duró lo mismo que el descanso. En cuanto la pelota volvió a rodar los corazones se aceleraron. Guardado aprovechó la avenida abierta por una serie de malas decisiones de Raúl Navas para dejar a Joaquín solo cara a cara con Rulli. El bético tiró de sangre fría para adelantar a su equipo con una remate de manual.
Se abrió ahí un momento de dudas, los 10 minutos que tardó la Real en devolver el equilibrio al marcador gracias a una aparición de Xabi Prieto en el segundo palo para aprovechar una buena diagonal de Juanmi. Superado hasta entonces en cada remate que sufrió, la figura de Adán apareció dos veces, una ante Xabi Prieto y otra ante Zurutuza, para frenar el enésimo cambio de rumbo de la mañana.
Como no podía ser de otra manera, el partido desembocó en un final que era una ruleta rusa. El gol podía volver a aparecer en cualquiera de las dos porterías. En la de Adán porque era la Real la que más empujaba; en la de Rulli porque lo demostró Tello con un remate al lateral de la red.
La montaña rusa no se detuvó nunca. Sergio León hizo un gol descomunal a falta de siete minutos, pero la cabeza de Diego Llorente dejó en un 4-4 un partido que fue un tributo a la diversión.
