El presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Marco Peredo, anunció que renunciará de forma irrevocable al cargo, cansado por el "carnaval" que persiste en el fútbol local y la resistencia hallada en algunos sectores a los cambios que buscaba introducir para superar la crisis. Actualmente el técnico costarricense, Jeaustin Campos, se encuentra en suelo boliviano dirigiendo al Blooming.
En una rueda de prensa en Santa Cruz, Peredo dijo que su decisión es "irrevocable" y que, si bien dejará la presidencia de la FBF y de la división profesional, no se alejará del fútbol.
"Hagan lo que quieran con el fútbol. Yo alzo mi pelota y me voy a jugar para otro lado, donde la gente quiera jugar limpio y tengo ya decidido qué voy a hacer de mi vida futbolística. Creo que ya no vale la pena estar en esto, esto es un carnaval", sostuvo.
El detonante para la renuncia de Peredo fue la nueva suspensión del torneo Clausura debido al conflicto entre el gremio de futbolistas y siete clubes que tienen una deuda de casi un millón de dólares con un centenar de jugadores.
Peredo aseguró que asumió la presidencia de la liga y de la FBF "imbuido de una firme convicción de que el fútbol tenía que cambiar" y "sin ningún interés personal".
Señaló que fue una "tarea dificilísima" aprobar los nuevos estatutos del fútbol boliviano, ya que se topó con "mucha oposición a que se cambien, a que se unifique el fútbol, a que se democratice, que se haga más transparente e incluyente".
El dirigente asumió la conducción de la liga en junio de 2016, en medio de la crisis surgida como consecuencia del escándalo de sobornos en la FIFA que derivó en investigaciones en el país y el encarcelamiento de varios dirigentes bolivianos.
En enero pasado, Peredo fue nombrado presidente interino de la FBF tras la renuncia de Rolando López.
Durante su gestión, un congreso extraordinario de dirigentes del fútbol boliviano que contó con la supervisión de la FIFA aprobó en mayo una reforma "histórica" para su organización al unificar la dirección del balompié, que hasta entonces tenía tres cabezas causando todo tipo de problemas, incluida la corrupción.
La salida del directivo se produce en medio de una nueva huelga de jugadores, la segunda en casi tres semanas, por la deuda de algunos de los 12 clubes a sus jugadores, por premios y salarios.
La primera huelga, a fines de julio, se suspendió por un compromiso de pago, que se incumplió y dio lugar a este nuevo paro. Los equipos tenían, a principios de mes, una deuda global de 1,2 millones de dólares, según el sindicato de futbolistas FABOL.
En los últimos días una mayoría de clubes arregló con sus jugadores, pero algunos mantienen aún deudas, aunque oficialmente se desconoce de cuáles se trata.
Duras críticas
A causa de esta situación, Peredo no ahorró criticas a los dirigentes por no cumplir con sus jugadores. “El que se jode es el fútbol, los que se joden son ellos mismos (dirigentes). Se para el torneo y dejan de percibir ingresos y siguen pagando sus planillas“, acotó Peredo.
La empresa televisiva dueña de los derechos de transmisión Sports TV-Rights comunicó a la LFPB que cada partido suspendido le ocasiona una pérdida de 13.500 dólares y que a esta penalidad se le deben sumar otros “daños y perjuicios“.
El fútbol boliviano arrastra una crisis desde mediados de 2015, cuando el entonces presidente de la FBF y tesorero de la Conmebol, Carlos Chávez fue detenido, por denuncias de corrupción. Desde entonces los dirigentes se han sumergido en luchas internas por el control de la FBF y de la LFPB.