El doctor Olmo ya es historia en el Real Madrid. La enemistad que se granjeó con el vestuario blanco, especialmente con pesos pesados como Sergio Ramos, ha terminado por costarle el puesto al hombre designado por Florentino Pérez para dirigir los servicios médicos del club, donde a partir de ahora mandará el doctor Niko Mihic.
Larga es la lista de episodios de roces entre el doctor y la plantilla, el último, el que ha terminado con la paciencia del vestuario, de los técnicos y del club, ha sido el caso de Pepe. El central, que ha sido presentado en las últimas horas como jugador del Besiktas, vivió un calvario la pasada temporada debido a sus problemas musculares y a una fascitis que le mantuvo en el dique seco varias semanas.
Dos meses en lugar de dos semanas
El central de origen brasileño encadenó durante el duro 2016-17 tres lesiones que le impidieron actuar con regularidad en el eje de la defensa blanca. En primer lugar sufrió una lesión muscular de grado II en el bíceps femoral de la pierna izquierda el 10 de diciembre. Un contratiempo que le mantuvo fuera de los terrenos durante dos meses, pese a que en un principio los plazos hablaban de dos o tres semanas de ausencia. Se quiso tapar que Pepe había sufrido una recaída durante la recuperación, lesión de la que culpó a los galenos blancos.
Posteriormente comenzó a arrastrar problemas en la fascia del pie derecho, molestias que degeneraron en una fascitis plantar, lesión de difícil tratamiento. Pese a las molestias Zidane tuvo que echar mano de Pepe, quien encadenó 12 partidos consecutivos en el once, sobrecargando su maltrecho físico y fatigando aún más la zona, lo que le obligó a parar en la etapa clave de la temporada.
Zidane tampoco tenía su confianza
La incertidumbre y la falta de soluciones por parte de los médicos comenzaron a cansar tanto al jugador como al entrenador, Zinedine Zidane. Además, en abril sufrió un golpe en un partido ante el Atlético de Madrid a consecuencia del cual resultó que tenía dos costillas fracturadas, la séptima y octava, de su costado izquierdo.
Sumada a esta situación, Zidane tuvo que sortear una lesión muscular de Varane con diversas recaídas y la luxación de hombro y un problema en un sóleo de Sergio Ramos, quien se vio obligado a jugar infiltrado durante una buena parte de la temporada.