Luego de deambular en los últimos puestos de la Premier League en la temporada 2015/2016 de la mano de su máximo héroe, José Mourinho, el desalmado Chelsea bramaba por un milagro que lo devuelva a los primeros planos del fútbol mundial.
Aquel milagro se encarnizó en un italiano de poco más de 1,75 metros que con su exuberante cabellera y un discurso verborrágico se plantó frente al plantel Blue y los convenció de seguir su idea.
Los nombres propios como Diego Costa, Pedro y Eden Hazard venían de atravesar una campaña irregular y estaban lejos de su mejor nivel. Pero Antonio Conte ya tenía en su currículum experiencias similares.
En su etapa al frente del combinado italiano, había heredado un plantel que venía de caer eliminado en primera ronda de la Copa del Mundo Brasil 2014 y lo llevó a los cuartos de final de la Eurocopa Francia 2016, instancia en la que cayó derrotado ante Alemania en la definición por penales.
Con el regreso de David Luiz y la incorporación de N'Golo Kanté, proveniente del Leicester, Chelsea iniciaba su temporada en la Premier League, certamen que se había obnubilado por las luces que emanaba Josep Guardiola y su llegada al City y los ruidos que provocaban las pisadas de Mourinho en el United. Mientras los focos de la cámara iluminaban de manera agobiante la ciudad de Manchester, en Londres Conte empezaba a trabajar.
La pésima campaña anterior había provocado que el conjunto Blue no clasificase a ninguna competición internacional, por lo que el único objetivo era el torneo inglés. Luego de un comienzo irregular, que incluyó derrotas ante Liverpool y una goleada 0-3 ante Arsenal, Conte se despertó.
El italiano movió fichas, el predecible y denso 4-5-1, lo transformó en un arriesgado 3-4-3 con Azpilicueta, Luiz y Cahill como defensores, Kanté y Matic como volantes de contención, Alonso y Moses de laterales y tres puntas: Hazard, Pedro y Costa. Bajo ese esquema el Chelsea logró 13 victorias consecutivas, entre las que se destacaron el 4-0 al Manchester United y el 3-1 al City.
Con un estilo desenfrenado, alocado y hasta grotesco, que intentaba disimular con un traje costoso, el entrenador de 47 años protagonizó en cada jornada shows de locura en el banco de suplentes que llegaron a irritar a sus colegas.
Los momentos más destacados de Conte en el banco del Chelsea
Así, de a poco le fue dando lugar a aquellos que en un principio no se habían adaptado al sistema, como el brasileño Willian y el español Cesc Fábregas, quienes con el esquema ya aceitado pudieron intercalar perfectamente.
Con el correr de la fechas, el adjetivo letal volvió a aparecer junto al nombre de Diego Costa, Pedro recuperó la velocidad que había dejado en Barcelona, Hazard regresó a su mejor nivel y Kanté pudo cumplir de manera brillante con su rol en el medio campo, de manera tal que la asociación de periodistas británicos lo nombró como el mejor futbolista de la temporada.
Este viernes, el elenco londinense conquistó su sexta Premier League, cuando todavía restan dos partidos, siendo además el equipo más goleador del torneo y uno de los menos goleados. A principio de temporada, era dificil augurar este destino para los de Stamford Bridge, pero ahora los aficiondos ya se ilusionan con retener a Conte para luchar por la Champions League.