En Egipto se confirmó la pena de muerte definitiva contra 10 acusados de la masacre en el estadio de la ciudad de Port Said, en donde 74 aficionados perdieron la vida y más de 200 resultaron heridos.
La masacre sucedió el 1 de febrero de 2012 cuando jugaban el Club de Futbol Al Masri, local de Port Said, y el Al Ahli, de El Cairo. Las personas fueron atacadas con botellas, piedras y artefactos pirotécnicos.
En 2014 habían sido sentenciados a muerte 21 acusados pero se anuló el fallo, y en junio de 2015, solo 10 condenados fueron sentenciados a la horca por la corte penal de Port Said, tras repetir el juicio contra ellos y este lunes se confirmó la sentencia.
En contraste con la sentencia de muerte, los altos cargos políticos y deportivos recibieron penas de 5 años: el director de la Seguridad de la provincia de Port Said, Isam Edin Samak; el jefe de la Policía de Medio Ambiente de Port Said, Mohamed Saad; el director ejecutivo del club, Al Masri. Todos ellos fueron condenados debido a su implicación en el incidente y a que nunca ordenaron que las fuerzas de seguridad intervinieran.
Desde la masacre, el número de personas que pueden presenciar un partido se limitó, y esto provocó incidentes violentos, como en 2015 cuando 22 personas murieron afuera de un estadio porque la policía prohibió la entrada.
