Quedar afuera de disputar la final de la Copa Sudamericana no debe haber sido una grata noticia para los futbolistas de Chapecoense que debieron quedarse en Brasil por disposición del entrenador o por sufrir lesiones. Pero la tragedia lo cambió todo. Al no subir al avión que se estrelló en Colombia, estos jugadores siguen vivos.
En total, nueve jugadores del plantel del club brasileño no viajaron a Medellín y se salvaron de la muerte: el argentino Alejandro Martinuccio y los brasileños Rafael Lima, Neném, Demerson, Marcelo Boeck, Andrei, Hyoran, Moisés y Nivaldo.
"Me estaba recuperando de una lesión y no viajé. Me lesioné hace un mes y medio y por eso no me subí al avión. Lo único que puedo decir es que recen por mis compañeros que estaban en el viaje", comentó Martinuccio en la emisora de radio La Red.
Ese también es el caso de Hyoran, un joven prometedor de 23 años que fue fichado por el Palmeiras y sigué a préstamo en Chapecoense. No viajó por una lesión de rodilla.
Otro de los que se salvó fue el tercer arquero Marcelo Boeck, quien a sabiendas de sus reducidas chances de jugar, pidió autorización al cuerpo técnico para no viajar y festejar su cumpleaños junto a su familia.
"El club le dio permiso y no viajó, ha sido un alivio muy grande en un momento de profunda tristeza por la tragedia que ha sucedido y que ha golpeado todo el mundo del fútbol", reveló su representante Antonio Araujo a medios portugueses.
El resto de la plantilla, junto con el cuerpo técnico y directivos, se encontraban en el avión de la empresa LAMIA que se estrelló la noche del lunes cerca de Medellín, en el noroeste de Colombia. Sólo cinco personas sobrevivieron a la tragedia: tres jugadores, una azafata y el masajista.
