Irán ha ganado este martes 1 a 0 a Corea del Sur en un partido clasificatorio para la Copa del Mundo de 2018. Pero los habituales gritos de alegría de los aficionados se han silenciado al coincidir el encuentro con la noche de Ashura, una de las fechas más sagradas para los musulmanes chiíes, que conmemora el martirio del imam Husein y durante la cual está mal visto mostrar alegría. Para contentar a los clérigos más conservadores, que pedían la suspensión del encuentro, el estadio Azadi de Teherán, un recinto de 90.000 plazas, se ha llenado de negro y de símbolos luctuosos en señal de respeto.
La celebración de este partido venía siendo objeto de debate entre los sectores conservadores y progresistas de la sociedad iraní desde hace dos semanas. Las autoridades, a sabiendas de que sería imposible cancelar el partido, intentaron crear un ambiente de luto en el estadio e invitaron a los asistentes a respetarlo y evitar mostrar su júbilo. Los aficionados iraníes contuvieron su emoción durante la primera parte hasta tal punto que el seleccionador, el portugués Carlos Queiroz, se vio obligado a pedir a la gente que apoyara a su equipo.
Sardar Azmuon, el delantero iraní, ni siquiera se permitió un gesto de alegría tras marcar el único gol del partido en el minuto 24, lo que impidió que la hinchada se excitara mucho.
Ya antes de que empezara el partido, varios grupos de fieles llegaron al campo con rezos y cánticos religiosos. No solo las paredes estaban cubiertas de negro y las típicas banderas iraníes habían sido sustituidas por otras negras, durante los primeros 20 minutos, desplegaron dos pancartas negras de 600 metros cuadrados cada una con el nombre de Hussein. El representante de FIFA pidió a los responsables que las retiraran, a lo que el director de las selecciones nacionales de Irán, Mohamad Reza Saket, respondió: "No vamos a hacerlo. Esta bandera representa las creencias de la gente. Ellos las han traído al estadio".
La mayoría de los asistentes, todos hombres ya que las mujeres tienen prohibido el acceso a los campos de fútbol, vestían de negro de acuerdo con la tradición de la Ashura. Sin embargo, el seguimiento de los rezos durante el descanso fue menor de lo esperado, hasta tal punto que la televisión estatal interrumpió la retransmisión en directo.
Durante la segunda parte, a medida que el partido llegaba al final, a las gradas les costaba más contener el júbilo. Poco a poco, pitos, aplausos y cánticos aumentaron el contraste entre el ambiente oficial de luto y la alegría de los seguidores que terminaron haciendo la ola. La televisión estatal optó esta vez por cortar el sonido del campo con la excusa de problemas técnicos, para luego bajarlo.
Al final del partido, Irán venció por cuarta vez consecutiva con Queiroz a Corea del Sur, y con 10 puntos se consolidó en el primer lugar del grupo A. Corea del Sur descendió al tercer lugar tras Uzbekistán.
Fuente: El País