Sin consultarle a su mujer a sus 31 años, Johan Cruyff incursionó en un negocio porcino y quedó arruinado, por eso se fue a jugar a Estados Unidos para recuperarse económicamente, lo dice en su famoso autografía que salió en España del fallecido ex futbolista y técnico.
Di Stéfano y Los Beatles fueron sus primeros héroes. Aprendió a jugar al fútbol con los bordillos de las aceras del duro y frío cemento de Betondorp, el barrio obrero de Amsterdam en el que pasó su infancia.
Era un apasionado de los números y del béisbol, y se dedicó a aprender medicina viviendo en quirófano cirugías de sus jugadores. Su fama llegó a tal dimensión que se hizo íntimo amigo de la familia Kennedy y de Robert McNamara, secretario de Defensa de Estados Unidos en la década de los sesenta y presidente del Banco Mundial entre 1968 y 1981. Así fue la vida de Johan Cruyff.
Su familia, su tesoro
«Soy rico gracias a la familia que tengo. Danny, Chantal, Susila, Jordi, tres perros y un gato. Allí donde viviera, el hecho de que estuviéramos todos juntos siempre hacía que me sintiera en casa», detalla Cruyff, marido y padre ejemplar gracias a su mujer. «Danny le dio a nuestros hijos una educación espartana para que tuvieran siempre los pies en el suelo. Chantal es la que más habilidades tiene: habla siete idiomas. Jordi es terco como yo y me encanta verle cometer sus propios errores. Es el que más sufrió mi fama. Y Susila es muy disciplinada y casi compite con el equipo olímpico español de hípica, pero finalmente no pudo hacerlo por problemas en los músculos que sostienen las rótulas».
Adicción al tabaco
En febrero de 1991 ya no fumaba demasiado, pero tantos años de vicio casi le cuestan una temprana muerte: «Fumaba menos pero tenía constantes dolores de estómago, y vomitaba con frecuencia. Mi mujer me obligó a ir al hospital y allí me operaron durante tres horas para ponerme dos “bypass”. Tenía ateroesclerosis, una obstrucción de las venas que rodean al corazón». Por suerte, se recuperó y encontró mejor adicción: los «Chupa Chups».
Franco y Cataluña
Johan no se corta a la hora de hablar del enfrentamiento entre España y Cataluña. Asegura entender el sentimiento catalán pero se considera, ante todo. holandés. Para él, la culpa la tiene el egoísmo de todos los políticos de nuestro país. Además, acusa a Franco de los pocos títulos que logró en su etapa de jugador en el Barcelona: «Fue el culpable de que sólo ganáramos una Liga. Recuerdo la expulsión en Málaga en la temporada 76-77. Supuestamente por decir "hijo de puta" al árbitro. Eso era mentira. Lo máximo que he dicho en un campo de fútbol es "pirado". Me sancionaron tres partidos, de los que perdimos dos y empatamos uno. Fue la demostración más clara de que la política influía en la competición».
Cor Coster
Su suegro fue pieza fundamental en su carrera. Tanto que Cruyff fue por primera vez al banco en 2008, cuando falleció Cor Coster: «Nunca he visto marcar goles a una bolsa de dinero», recalca. «Mi suegro era un comerciante de diamantes y un obstinado hombre de negocios. Él me enseñó todo lo relacionado con la publicidad y el marketing de un futbolista». Coster fue su agente desde los 17 años y el artífice de crear un sistema de pensiones para los futbolistas holandeses retirados.
Engañado y arruinado
Se retiró prematuramente, a los 31, y luego cometió el mayor error de su vida: invertir en ganadería porcina. «Ni siquiera se lo consulté a mi mujer, Fue un timo. Perdí casi todo mi patrimonio y cerca de seis millones de dólares. Era mi destino, dejar el fútbol siendo aún joven, cometer una estupidez enorme y retomar el camino del fútbol». Ahí es cuando decidió ir a jugar a Estados Unidos.
La muerte de su padre
Su padre Manus, propietario de una verdulería junto a su madre Nel, era bromista e ingenioso. Y tenía un ojo de cristal. Falleció el día que Johan celebraba su fiesta de graduación de Primaria: «Yo tenía doce años y él 45. Murió de ataque al corazón por tener el colesterol alto. Estuve mucho tiempo yendo al cementerio donde fue enterrado para pedirle consejo: ¿Y tú qué opinas, papá? Y a la mañana siguiente me levantaba y sabía exactamente lo que tenía que hacer».
«Sensibilidad social»
Su primer contrato profesional lo rubricó en 1965, con 17 años. Entonces, su madre hacía las tareas de limpieza en el campo del Ajax: «Lo primero que le dije a ella tras firmar es que era la última vez que limpiaría. Luego tuve que ahorrar unos meses para comprar una lavadora y que mi madre dejara de lavarme la equipación en casa a mano. Esto sería impensable a día de hoy, que una estrella se llevará a casa a lavar su ropa. Pero esas experiencias te forman. Como entrenador siempre intenté transmitir esa sensibilidad social, cuando no funcionaba algo en el Ajax o en el Barcelona mandaba a a dos o tres jugadores a limpiar el vestuario»
Secuestro
El 17 de septiembre de 1977, Cruyff y su familia sufrieron un intento de secuestro en Barcelona. Tardó dos décadas en contarlo. Fue el motivo real de su renuncia al Mundial de 1978: «Le echaron la culpa a mi mujer de que no fuera al Mundial, pero la policía nos prohibió decir nada. Tuve que argumentar problemas físicos. La seguridad de mi familia era lo primero. Hasta compramos dos doberman».
La traición de su mentor
En 1988, Rinus Michels, su padre deportivo desde los 12 años, le privó de dirigir a Holanda: «Nunca lo entendí. Creo que me tenía envidia, pero lo aclaramos antes de su muerte en 2005. Fue jugador, entrenador, directivo y solo me faltó ser seleccionador de mi país».
Fuente: Diario ABC