Como indicaba la lógica, Estados Unidos impuso toda su jerarquía y superó hoy por 2-0 a Cuba en partido amistoso de fútbol escenificado en el estadio Pedro Marrero de esta capital.
La selección dirigida por Jürgen Klinsmann contó con toda su artillería pesada, incluidos los jugadores que se desempeñan en clubes de primer nivel de las ligas europeas, entre ellos Christian Pulisic (Borussia Dortmund), Julian Green (Bayern Munich), Geoff Cameron (Stoke City), John Brooks (Hertha Berlin), Bobby Wood (Hamburgo), y Timothy Chandler (Eintracht Frankfurt).
Sin embargo, los norteamericanos fueron incapaces de vulnerar el bastión de los antillanos en el primer tiempo.
No fue hasta el minuto 62 que Estados Unidos logró tomar ventaja. En ese instante Chris Wondolowski puso delante a los norteños con un tanto de excelente factura, un remate a la escuadra.
Después, en el 71, Green amplió la diferencia al finiquitar en gol un contragolpe de libro, a pase de la muerte de Wondolowski.
Cuba pudo al menos marcar un tanto, pero la inefectividad de sus jugadores de cara a la portería rival le pasó factura.
Los norteamericanos disfrutaron del 60 por ciento de posesión del balón y realizaron 18 tiros a puerta por nueve de los cubanos, estadísticas que demuestran la superioridad de los discípulos de Klinsmann.
El estado de la grama del Marrero fue un lastre para el desafío, disputado a pocas revoluciones, sin intensidad y bajo un sofocante calor (la temperatura sobrepasaba los 30 grados Celsius).
Este representó el primer partido amistoso de fútbol entre Cuba y Estados Unidos desde 1947, cuando los caribeños golearon a los norteños por 5-2.
Después de esa fecha, siempre en cotejos oficiales, cubanos y norteamericanos chocaron en nueve ocasiones, con saldo extremadamente favorable para los de las barras y las estrellas (ocho victorias y un empate).
Más allá del ámbito estrictamente deportivo, el duelo de hoy sirvió para afianzar los acercamientos deportivos entre Cuba y Estados Unidos después que ambos países comenzaran a restablecer sus relaciones a finales de 2014.
En junio de 2015, el club estadounidense Cosmos -con el español Raúl González Blanco de estandarte- ya había visitado La Habana, donde enfrentó y derrotó por 4-1 a la selección nacional cubana.
Posteriormente, con la presencia del presidente cubano Raúl Castro y su homólogo estadounidense Barack Obama, el equipo Tampa Bay Rays del béisbol de las Grandes Ligas celebró un partido amistoso contra la escuadra absoluta de la isla, en el estadio Latinoamericano de esta capital.