El futbolista Kevin-Prince Boateng, internacional con Ghana, nacido y criado en Alemania, confiesa que atravesó malos momentos en el pasado por no saber enfrentarse a manejar la fama y el dinero.
“La fama y el dinero no se gestionan. De repente llegan y tienes que aprender. Y yo tuve que aprender porque no tenía nadie al lado que me enseñara a hacer las cosas”, lamenta el actual jugador de la UD Las Palmas.
“Tiré mucho dinero y luego aprendí que había que ahorrarlo porque el fútbol no es para toda la vida. Es complicado gestionar eso con 20 años. Llegué a Londres (Tottenham), cada mes me entraba dinero y gastaba y gastaba y gastaba. Estaba solo”.
Boateng explica que derrochaba mucho dinero en coches, ropa y discotecas. “Gastaba dinero en tonterías que me hacían feliz durante un par de horas, luego el efecto terminaba. Me mandaron a la grada, obviamente, dejé de jugar”. Estuvo un año entero así, hasta que se dio cuenta de que no podía continuar. “Un día me desperté después de un fiestón que había montado, me miré al espejo y dije: ya, se acabó, esto no es lo que quieres, has luchado para llegar hasta aquí y no lo vas a tirar todo. Ya. Me dije que tenía que empezar a portarme como un profesional, comer bien y centrarme en el fútbol”.
