Recién operado del corazón y acusado de haber recibido más de cinco millones de euros por la organización del Mundial en Alemania 2016 cuando dijo que prestaba servicios gratuitos, hoy a Franz Beckenbauer se le han venido encima los compatriotas, que en una encuesta consideran que no debe llevar el apodo de "Káiser", que significa emperador.
La encuesta, realizada por el Instituto Forza y publicada en la página web de la revista Stern, detalla que el 55% de las 1.200 personas consultadas estima que su apodo no está ya justificado.
Para el 35% de los encuestados, el capitán de la Alemania que se proclamó campeona del mundo en 1974, y el entrenador de la Mannchaft campeona en 1990, es aún digno de llevar el apodo con el que le bautizó la prensa a finales de los años 60.
Franz Beckenbauer, que había afirmado siempre haber trabajado gratuitamente como presidente del Comité de Organización del Mundial-2006 en Alemania, habría recibido en realidad 5,5 millones de euros, afirmó la semana pasada el semanario Der Spiegel.
Según el Spiegel, el exjugador de la selección alemana y del Bayern Múnich habría además intentado disimular esta suma al fisco.
Este caso no tendría sin embargo nada que ver con las otras investigaciones abiertas contra Beckenbauer en el marco de la organización del Mundial-2006, pero ensombrece un poco más la imagen de un personaje emblemático del fútbol alemán.
La candidatura alemana ganó por poco, por 12 votos a 11, sobre Sudáfrica. Franz Beckenbauer es investigado por sospechas de compro de votos.