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HECTOR DE QUINTA DIVISIÓN A HÉROE 

NEUER, UN PERFECCIONISTA BAJO LOS TRES PALOS 

Thomas Müller, Mesut Özil y Bastian Schweinsteiger, los tres campeones del Mundo en Brasil, forman parte de una de las mejores selecciones alemanas de siempre. Todos ellos, tal y como dicta la norma del veterano, tomaron responsabilidades en la asfixiante tanda de 18 penaltis en la que la Mannschaft logró el pase a las semifinales de la Eurocopa a costa de Italia. Ninguno acertó. 

El delantero del Bayern, desquiciante durante todo el enfrentamiento, porque a estas alturas no iba a cambiar su deprimente torneo. Buffon resultó inaccesible bajo palos. El mediapunta del Arsenal, que tiró al palo desde los once metros, porque no podía embellecer un partido que no fue mediocre sólo por el hecho de haber asomado en el gol inaugural. Y el centrocampista del United, reclutado de urgencia por la lesión de Khedira, porque sus días de vino y rosas pasaron ya a mejor vida. El pasado curso, apenas pudo disputar 18 partidos en la Premier. En condiciones normales, nunca hubiera estado sobre el terreno de juego 106 minutos. Una eternidad.

Si algo está logrando Joachim Löw con Alemania, sin embargo, es alargar la fecha de caducidad de su proyecto integrando nuevas piezas que, lejos de alterar el ecosistema, lo evolucionan. Aquí no hay miedo a los cambios. Y si hay que alterar la naturaleza de la selección formando con tres centrales, tampoco supone un problema. Mientras, el régimen de jerarquías se gana y se pierde sobre el terreno de juego. Hector, Kimmich y Draxler no sólo no pagaron la carga de la historia en la tanda de penaltis, sino que lograron batir a Buffon y confirmar la buenaventura de la selección alemana en las penas máximas desde 1976. Cuando Panenka.

Hace cuatro años, y mientras Lahm levantaba la Copa del Mundo, Jonas Hector (Saarbrücken, 1990) se contentaba con ser un lateral aseado en el Colonia, en la segunda categoría alemana. A sus 24 años, ni siquiera había debutado en la Bundesliga y cuando lo hizo con la selección absoluta de Alemania, en un amistoso contra Gibraltar en noviembre de 2014, sólo llevaba 10 encuentros en primera división.

Por supuesto, tampoco lo había hecho Joshua Kimmich (Rottweil, 1995). Ese verano de 2014, el polivalente futbolista participaba en el campeonato de Europa sub-19 en Hungría, del que saldría campeón. Por entonces aún intentaba hacerse un hueco en el Leipzig de la tercera división alemana.

Julian Draxler (Gladbeck, 1993) era quizá quien más motivos tenía para creer en un futuro brillante. El joven mediapunta del Wolfsburgo -entonces del Schalke 04, con el que se estrenó en la Bundesliga con 17 años- sí que formó parte de la selección que conquistó el Mundial de Brasil. Su participación, eso sí, fue residual. Apenas jugó 14 minutos en todo el campeonato en aquel partido de chirigota en el que Alemania humilló a la anfitriona, Brasil (1-7).

El caso es que la savia nueva ha permitido sobrevivir a Alemania cuando la fórmula amenazaba con caducar. Kimmich, cuya polivalencia suele emparentarlo a Sergi Roberto en el Barcelona, conoce ya el oficio de mediocentro, de interior, de lateral o incluso de central. Aunque fue como carrilero en el 3-5-2 donde exhibió buena parte de esas cualidades que auguran una gran carrera.

En quien pocos acostumbran a reparar es en Hector, dada esa extrema discreción. Nadie hubiera dicho que el chico, en 2015, fue el futbolista alemán que más jugó con la Mannschaft, con un total de 754 minutos. Su escasa atención pública responde a varios factores; el que más llama la atención, que no formara parte de la cantera de ningún club profesional, jugando en el Auersmacher de la quinta categoría hasta los 20 años. Löw mantiene una confianza ciega en su lateral, así que le ha mantenido en el campo durante la totalidad de los cinco partidos disputados por Alemania en esta Eurocopa (480 minutos, incluyendo la prórroga contra Italia).

En una selección en la que el talento se acumula en el centro del campo, Draxler ha tenido la oportunidad de ser importante, superando sin problemas la pobre incidencia de Mario Götze. Si bien su mejor partido fue el de octavos frente a Eslovaquia (3-0), en el que incluso marcó un gol, en los cuartos contra Italia aprovechó la lesión de Mario Gómez para ofrecer calma y salida de balón en el agónico tramo final. La ausencia del ariete para lo que resta de torneo, además, podría llevarle otra vez a la titularidad. La Alemania emergente está a punto.

 

Neuer, el hombre de hielo

Hay dos Manuel Neuer. Uno es un tipo simpático, bromista, no tanto como Thomas Müller, pero siempre amable. El otro es en el que se transforma en cuanto pisa el césped. Ahí aparece un profesional intenso durante todo lo que dura el entrenamiento, que jamás se queja por largo y duro que sea el trabajo y que no se permite un momento de relax hasta que no le mandan a la ducha. 

Campeón del mundo con Alemania y de todo con el Bayern, a Neuer no le recuerdan una mala cara los días que ha entrenado con los juveniles, algo que es habitual en su club, pero que no todos aceptan del mismo modo. 

En esa forma súper profesional de entender el fútbol, los penaltis son una parte esencial del crecimiento de Neuer. Lo que ocurrió contra Italia no es fruto de la fortuna, aunque el meta alemán aseguró que nunca había pasado por algo parecido: "Fue dramático. Nunca había vivido algo así. Los penaltis los preparas, pero lo que sucedió no se puede imaginar". Neuer es un perfeccionista de su trabajo. 

Es lo que le ha llevado a la cima, algo que cuando comenzó a jugar de portero en el Schalke pocos imaginaban. Aquel niño bajito, de voz suave y que más de una vez lloraba al encajar goles, es hoy el mejor portero del mundo. Y un hombre de hielo.

Su frialdad ha disparado su grado de confianza. En la caseta del Bayern bromean con que es uno de esos jugadores que en FIFA siempre tiene la moral alta. Esa fortaleza hace que sea casi inmune a los errores. Entre todas las cualidades que tiene Neuer, Andreas Köpke, el preparador de porteros de Alemania, destaca esa frialdad: "Si comete un error en un partido, es capaz de olvidarlo de manera inmediata y volver a estar centrado por completo en su trabajo".

Errores de bulto, como todo portero, ha cometido, pero en el Bayern y en la selección alemana saben que si en la siguiente acción tiene que volver a arriesgar lo va a hacer sin miedo alguno. Con Lehmann como ídolo, se fijó en Van der Sar para progresar en el juego con los pies y ser el ejemplo de portero moderno que es hoy, Ante Italia completó 44 pases de 49, cifra por encima de siete de los 11 titulares de Italia. 

Una tanda compleja

Los días antes del partido con Italia, como hace siempre que llega los cruces, Neuer estudió con Köpke los posibles lanzadores italianos. Partieron de la base de las informaciones de la prensa italiana antes del partido con España sobre los posibles lanzadores. Y vieron que la situación no era fácil.

 Los elegidos eran Bonucci, De Rossi, Candreva, Eder, Giaccherini, Parolo y Pellé. Para empezar, de esa lista había dos jugadores que no podían estar en Burdeos -De Rossi y Candreva-. Del resto, ninguno es el especialista en su equipo y la información era mínima. Iba a ser una tanda de intuición.

El penalti que dio a Italia el empate era el primero de Bonucci en su carrera como profesional. Ante España falló uno en la Copa de las Confederaciones de 2013, pero no lanzó hasta el séptimo de Italia para ser el único de los 14 lanzadores con fallo. 

El mejor italiano de la Euro marcó el penalti lanzando a la izquierda del meta germano, confirmando la fe de Conte en él. Pero había dado una pista a Neuer.El meta alemán, cuando vio a Bonucci encaminarse hacia el quinto penalti estaba seguro de una cosa: iba a tirarlo al otro lado. 

Como si hubiera leído la mente del central de la Juve, Neuer se lanzó decidido a su derecha para hacer la mejor parada de la tanda, que luego no aprovechó Schweinsteiger. De los nueve penaltis, Neuer acertó la dirección de tres: los dos que paró y el que Pellé lanzó fuera tras amenazarle con un Panenka. Cuando llegó el turno de Darmian la tensión estaba disparada. 

El jugador del Manchester United era un lanzador novato. Neuer adivinó su disparó y salió del área sin hacer un solo gesto. Su trabajo estaba hecho. Le tocaba a Hector. Y este novato no falló.

 

Hector, de quinta división a héroe de Alemania y un precio de 15 millones

Foto: Jonas Hector celebra el penalti que dio a Alemania el pase a semifinales. (Reuters)

Ha llegado tarde a la élite. En realidad hasta la noche del sábado y con motivo de la Eurocopa había seguidores germanos que aún se preguntaban cómo era posible que Joachim Löw confiara uno de los costados del equipo campeón del mundo en Brasil a un advenedizo lateral con sólo 55 partidos en Bundesliga que habitualmente juega para un club de miras limitadas como es el Colonia. Jonas Hector (Saarbrucken, 1990) despejó cualquier duda sobre su falta de pedigrí enviando al limbo de una vez por todas a la incómoda Italia en una surrealista tanda de penaltis que provocó más de una taquicardia en el país de los Nibelungos.  

El talludito zaguero con nervios de acero y una zurda que había hibernado en las catacumbas del fútbol teutón hasta que en 2013 Peter Hoger le dio manija en el equipo de la cabra Billy, sacó del atolladero a su mentor en la Mannschaft haciendo bueno el apodo por el que se le conoce en el RheinEnergie Stadion: ‘mister confiable’. Después de ejecutar a Buffon y mandar a Conte en vuelo directo a Stamford Bridge, el seleccionador alemán ya no tendrá que pararse a dar explicaciones sobre las convocatorias de un futbolista que hace apenas cinco años defendía los colores del modesto SV Auersmacher, en la Quinta división alemana. Un poderoso físico que facilita su constante ida y vuelta por el carril, pero sobre todo su buen hacer con la pelota cada vez que traspasa la línea de medios bastaron para que Löw le brindara la oportunidad de su vida con 24 años y apenas unos pocos partidos en la Bundesliga. 

“Queremos conocerle mejor, ya que lo está haciendo muy bien en el Colonia”. Fue la primera de las muchas veces que el hombre que ha devuelto la gloria a Alemania hubo de poner en valor a un Hector que desde su debut frente a Gibraltar en noviembre de 2014 se ha ganado por méritos propios un lugar en el once de los campeones del mundo hasta el punto de ser el jugador con el que más ha contado Löw en los últimos 18 meses. Más aún, sólo Manuel Neuer, el extraordinario muro que cierra la meta germana, puede presumir junto al carrilero del cuadro renano de haberlo jugado todo en este europeo de entre los 23 elegidos para la disputa del torneo galo. 

Un apreciable registro que habla muy a las claras de la enorme fe que el técnico de Stuttgart tiene depositada en ese pie izquierdo que, dicho sea de paso, le ha solucionado la gran tara que sufrió su selección en el Mundial de Brasil, que Alemania fue capaz de ganar a pesar de no contar en sus filas con un verdadero especialista para esa demarcación. Löw se vio obligado a maquillar dicha carencia con Benedikt Howedes, un central elevado a la categoría de multiusos que en la pasada Copa del Mundo jugó todos los partidos como lateral izquierdo. 

Curiosamente, justo cuando Alemania se cosía la cuarta estrella a la elástica blanca en Sudamérica, el hoy gran héroe de la nación europea con mayor número de licencias lograba ascender a la Bundesliga con un Colonia del que ha llegado a ser capitán y con el que tiene contrato hasta junio de 2018. Su sobresaliente torneo, apareciendo de continuo con su potente galopada por la línea de fondo para colgar centros precisos buscando a Mario Gómez o a la eficiente flotilla de medias puntas que caen con los colmillos afilados desde la segunda línea, como de hecho ocurrió en el tanto que adelantó a la Mannschaft frente a Italia (asistencia a Özil), ya ha despertado el interés de clubes de la Premier e incluso de LaLiga. Los 15 millones de euros que cuesta su libertad son poco menos que calderilla para los presupuestos que manejan hoy al otro lado del Canal de La Mancha. 

Lo que es indudable, después de su aparición estelar en Burdeos para dar el empujoncito definitivo a su país hacia las semifinales de la Eurocopa, es que ni el equipo que se lleve finalmente el gato al agua ni su afición pondrán pegas al hecho de que Hector sea el único de los 23 seleccionados por Joachim Löw que no llegó al fútbol profesional hasta alcanzar la edad adulta o que sea también el único que no tiene un solo minuto de vuelo en competiciones continentales a nivel de clubes. Y si alguien lo hiciera, ‘mister confiable’ sólo tendrá que ponerles el vídeo del Italia-Alemania. Porque una imagen… sobran las palabras.  

Fuente: Diario El Mundo - Diario Marca - Diario El Confidencial 

 

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