Alemania al mando de su técnico Joaquín Low en Brasil, no solo trajo el mejor fútbol al Mundial, sino que programó la asombrosa expedición para lograr el campeonato y construyó su propio campamento de 15 mil metros cuadrados con habitaciones,gimnasio,piscina,restaurante y aeropuerto con vista al mar, que ahora fue donado a la comunidad de Bahía. Algo inédito en los mundiales.
Alemania no viajó a Brasil, preparó una 'expedición' para la conquista de su cuarto título mundial. La DFB, Federación Alemana de Fútbol, junto con el apoyo de empresas privadas, construyó con varios meses de antelación, 'Camp Bahía', al noreste de Brasil.
Tiene 15 mil metros cuadrados, 14 casas con 65 unidades residenciales, su propia cancha de fútbol, gimnasio, restaurante, una piscina y un aeropuerto, además de estar localizada cerca al mar y con fácil acceso a la playa. La localización del fortín fue pensada para ahorrar tiempo de viaje en las paradas que debe hacer la selección alemana en su recorrido por el torneo internacional más importante del mundo.
Los alemanes se mentalizaron en adaptarse a las condiciones sociales en vez de hacerlo al revés, el fortín es ecológico, mantiene el 'espiritu de Brasil' vivo y hubo encuentros entre jugadores y miembros del cuerpo técnico con comunidades nativas. Usaron también medicina alternativa y homeopática y posaron con la camiseta del equipo local: Bahía.
Donaron 10 mil euros a la comunidad nativa de Pataxó para la compra de un carro que ayude al servicio médico de la comunidad.
Luego de la victoria contundente sobre los locales, el fatídico 1-7, pidieron respeto por la selección de Brasil ante la avalancha de burlas. Lukas Podolski tuvo un gesto de humildad al reconocer que todos admiramos al fútbol mágico de Brasil.
El día de la final, antes de campeonar, agradecieron la hospitalidad de los brasileños en su estadía por la tierra de la samba, el fútbol y la selva amazónica. Toda la edificación fue donada por la DFB a la población, se convertirá en un orfanato y en una escuela de fútbol de menores.
Los verdaderos campeones dentro y fuera de la cancha fueron sin duda los alemanes por su manera de concebir su travesía en esta Copa del Mundo como una expedición europea a una tierra mágica, natural y salvaje.
