Un joven aprovechó que la selección francesa hizo su entrenamiento a puertas abiertas e invadió el campo, logrando poner en ridículo a los encargados de seguridad.
La práctica fue abierta al público y asistieron más de dos mil personas, pero ya cuando finalizaba la sesión el jovencito Abner Fábio Pereira da Silva saltó una valla, invadió el terreno de juego y corrió hacia los jugadores que hacían un trote ligero alrededor de la cancha.
En un intento de impedir que dos guardaespaldas lo agarraran, los dribló y ambos elementos terminaron chocando y quedando en ridículo.
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Además un miembro del cuerpo técnico también corrió para detenerlo, pero se rindió cuando vio a los guardias caídos .
El estudiante levantó sus manos en señal de paz y abrazó al defensor Mangala. Poco después, los guardias llegaron y lo tiraron el césped y luego Pereira da Silva tuvo que esperar a su madre para ser liberado.