Hace 10 años, un joven con un descaro inusual debutó en un trofeo Gamper, y dejó para la historia el inicio del mejor jugador del mundo.
“Nunca había visto a un jugador con tanta calidad a esta edad y con esa personalidad con una camiseta tan importante. Messi es un gran campeón, puede hacer lo que quiera con el balón en los pies”, declaraba Fabio Capello, entrenador de la Juventus hace diez años, al finalizar el Trofeo Joan Gamper que sirvió de puesta de largo a Leo. Fue el 24 de agosto de 2005, cuando el argentino se estrenó como titular en el Camp Nou ante la ‘Vecchia Signora’. Y maravilló a la afición y al técnico rival.
“A los 25 minutos de partido me acerqué a Frank Rijkaard y le pedí la cesión de Messi para la Juve”, recuerda Capello a Mundo Deportivo. “Sabía de algunos problemas burocráticos y pensaba que no podía empezar la temporada en Barcelona. Entonces se me ocurrió llevármelo a Turín, pero Frank me respondió que en tres o cuatro meses estaría todo arreglado, que Leo podría jugar con el Barça”.
El Camp Nou se llenó para ver un gran espectáculo plagado de estrellas: Ronaldinho, Deco, Eto’o, Del Piero, Ibrahimovic, Vieira… A ellas, se unió un joven chaval de 18 años: Leo Messi, que dejó el campo en el minuto 90 ovacionado y con el estadio entero coreando su nombre por primera vez.
Capello, exseleccionador ruso, había oído hablar de él por sus actuaciones con la selección juvenil de Argentina. “Lo recordé cuando vi su nombre en la alineación. Y sólo empezar, me dejó alucinado. Que un futbolista de su edad jugara de aquella manera, ante 90.000 espectadores, sin dejarse intimidar por Balzaretti, el lateral que le marcaba y a quien parecía que conocía perfectamente por todo lo que le hacía. Tenía personalidad, calidad, dribling, fantasía… Agarraba el balón y se iba directo a portería con un descaro inusual”.
Capello trabajó cinco años en la cantera del Milan y había formado a futbolistas de mucha calidad, pero ninguno como Messi. “Baresi o Maldini eran jugadores que ya sabías que llegarían al ‘top’ por el gran talento que poseían. A partir de ahí, depende mucho de la cabeza del futbolista. Si le gusta el sacrificio: entrenar, entrenar, jugar, entrenar, entrenar, jugar... Pero con Messi noté algo distinto a lo que había visto hasta el momento. Con lo que mostró en aquel partido contra la Juve, no dudaba que llegaría a lo más alto”.
Diez años después, Leo lo ha ganado todo con el Barça y a nivel individual. Con su selección ha llegado a la final del Mundial y la Copa América, pero aún puede dar más. “Hemos disfrutado de todo el despliegue técnico, su talento. Pero ahora puede jugar con más experiencia y eso le da un plus. Con este equilibrio puede mantener el nivel hasta el final de su carrera”, asegura Capello, que ve a Leo como el mejor de su era. “No se puede hablar del mejor futbolista de la historia, porque el fútbol ha tenido varias épocas distintas y en cada una ha despuntado un jugador por encima del resto. Primero fue Di Stéfano, luego Pelé, más tarde Maradona y ahora Messi”, añade.
El Barça, el número uno actual
Por otro lado, Capello ve al Barcelona como el número uno del mundo en estos momentos. “Me gusta mucho. Con Luis Enrique ha ofrecido un gran fútbol. Un fútbol de toque, pero también de velocidad”.
El reto ahora es continuar a ese gran nivel y seguir luchando por todos los títulos hasta el final, apunta el propio entrenador: “Esta temporada será un poco más difícil, porque siempre cuesta mantenerse”. Para el italiano, el éxito depende sobre todo del tridente. “La clave la tendrán de nuevo Messi, Neymar y Suárez. Si los tres siguen con el mismo espíritu de equipo y sacrificio, pueden seguir haciendo grandes cosas”, augura Capello.
