Es difícil aceptar que cada día vamos aprendiendo, poco a poco, pero para luego aprender que lo que habíamos aprendido estaba errado. Ni siquiera los partidos de la Copa Centroamericana consiguen bajarnos del burro.
Creo que no quedan dudas que todo lo que se diga o lo que se haga es ensayo y error, y como en todo proceso de ensayo y error, el error es mucho mayor que el ensayo.
Alajuelense obtuvo cuatro puntos, Herediano dos y Saprissa uno. Cada uno frente a rivales de diferente nivel futbolístico: Comunicaciones el mejor, Motagua el más mejenguero y Antigua con buen criterio de oportunidad.Todo tuvo que ver estrictamente con el fútbol.
Alajuelense mostró una exhibición de convencerse a sí mismo de que la máquina liguista iba a poder con su rival; pudieron incluso si perdían el segundo partido por un gol perder frente a Comunicaciones. Así se comportaron como un ejército de cojos, acalambrados, a ratos extraviados en los últimos 15 minutos de tanto meterse en el área y correr detrás del balón. Pero fue el mejor equipo nacional que siempre supo qué y cuándo debía mantenerse en el juego .
En la última evolución de Alajuelense, sus goles nacen a ratos de apartar la mirada del campo y consultar el teléfono celular; saben manejar partidos mientras el mundo, insomne, duerme unos segundos. Así empezaron el último partido contra Comunicaciones, despacísimo, estudiando con el balón parado en sus pies. Como un toro mirando a su rival, recibiendo la respiración y el aliento del otro toro, manso y potencialmente violento.
Herediano fue una conjura de otra época, con un futbol insolvente, anticuado para doblegar al Motagua que hizo un despliegue por tierra, mar y aire en el partido de vuelta. No podían perder: no perdieron la clasificación. Sufrieron a un costo al filo siempre de la navaja que al final les dio pasar a la siguiente ronda con el reglamento que los favoreció en este torneo.
Saprissa fue un fetiche. Sufrió en los dos partidos. Los saprissistas se acostumbraron a sufrir, así han funcionado en los últimos partidos. Cuando el rival es superior, cuando lo someten y lo único que puede hacer sobre el campo es esperar el golpe de gracia y dedica el tiempo a no perder y que sea la diosa fortuna, o el VAR, las que lo acompañen.
Saprissa ya no es el Saprissa arrollador. Se rompieron los cables o la fibra óptica que transportaba los mensajes certeros, y eso es muy peligroso.
Así funcionaron estas tres bestias, la prehistórica del Saprissa, la de Herediano que debe mejorar su fútbol saliendo de la época donde se jugaba sin ideas claras bajo la inspiración de las individualidades. Quizás necesite buscar ideas frescas. ¿Presidente o entrenador? Mejor que se queden con el presidente porque el entrenador está desfasado.
Alajuelense que fue el mejor debe saber que el partido comienza en el minuto cero. Que el invicto es una quimera que no gana títulos y apelar a las remontadas después de cometer errores recurrentes cuando los contraatacan, es su talón de aquiles
*Máster en Comunicación. Lic. en Periodismo. Lic. en Educación Física. Entrenador de futbol y baloncesto