El preparador físico uruguayo, Marcelo Tubolvitz, conversó este viernes de su paso por Costa Rica con la Selección Nacional y con el Deportivo Saprissa, así como su etapa con el River Plate de Argentina al lado de Marcelo ‘El Muñeco’ Gallardo.
Tubolvitz explicó que su llegada al conjunto argentino se debió a la buena relación que entablaron durante la carta estancia del técnico en el Nacional de Uruguay.
Además, se sinceró al señalar que el juego eliminatoria entre Estados Unidos y Costa Rica por Sudáfrica 2010 es el momento más doloroso en su carrera. "A nivel deportivo, no sé si hay dolor más grande que yo tuve en 33 años de carrera que esos cinco segundos fatales contra Estados Unidos".
También habló de su etapa por el Deportivo Saprissa con quien no solo ganó títulos nacionales, sino que también logró la Concacaf y el tercer lugar en el Mundial de Clubes de Japón en 2005.
¿Cómo le va a Marcelo Tubolvich en Uruguay tras su paso por River Plate?
Les cuento que a fin del año pasado, cuando Marcelo Gallardo toma la decisión de no renovar, antes de la propuesta de River para el 2023, se hace una reunión, obviamente liderada por él, donde libera a todos el staff, que es un staff grande, en el sentido que él iba a tomarse su tiempo y no quería comprometer a nadie, que nadie se comprometiera. Es público, por eso lo estoy contando.
Bueno, cada uno iba a tomar su camino, yo tomé el mío, que era volver a Uruguay, ir a visitar a mi hijo a España, donde estaba viviendo, y también cosas para resolver en mi país, que hacía muchos años que no venía. Entonces, en ese concepto de esperas, cada uno hacía lo que consideraba lo correcto. Así que he visto mucho fútbol uruguayo, también internacional, por la televisión, obviamente. También cuando estuve en España, vi algunos partidos muy interesantes. Ahora se trata de esperar una oportunidad buena en el fútbol. Ya pasó el tiempo de descanso. Llegó la hora de volver al verde césped, digamos. Y bueno, cuando hemos tenido algunas oportunidades, por H o por B no salieron. Pero cuando surja algo interesante, seguramente... estaría adentro. Ojalá que pase dentro de poco.
¿Pensó en llegar alguna vez a un club como River Plate? ¿Qué puede contar de su paso por River con Marcelo Gallardo?
Yo tuve la posibilidad de trabajar en tres equipos grandes de tres diferentes países antes de llegar a River. A mí eso me dio la endurezca, me ayudó esa experiencia de trabajar bajo presión permanente de equipos grandes. Hablo de Nacional en Uruguay que lo hice tres veces, hablo de Saprissa que estuve cuatro años y medio, y hablo de la Universidad de Chile que estuve un año y medio. Todas esas experiencias a mí me ayudaron a transitar ese camino de cinco años en River Argentino.
Estoy agradecido. Yo estoy de acuerdo con lo que decís. Es desde el punto de vista mediático, de intensidad, de lo que genera, no solamente en la Argentina, sino en toda América y el mundo. Eso es real. Pero quiero decirte que esos antecedentes a mí en lo personal me ayudaron a eso me refería. Fue muy bueno. Esos cinco años realmente fue más que una cátedra, una vivencias hermosas. Haber tenido la oportunidad de jugar varias Libertadores, Mundial de Clubes, jugar en todas las provincias de Argentina, porque allá sos visita, tenés que ir a toda la cancha, como debe ser, y vivir una época muy linda, muy linda desde el punto de vista de logros. Pero también he dicho muchas veces que saber perder es parte de la personalidad, de un cuerpo técnico, de profesionales que estamos en el fútbol, saber perder para levantarse al día siguiente y buscarle las causas de por qué perdiste y tratar de que no vuelva a suceder. Entonces, he tenido muchas buenas en River y algunas malas y es parte de todo, ¿no? Realmente, el fútbol argentino es una locura linda en sí misma, por decirlo así y es parte de la personalidad.
¿Cómo puede resumir su experiencia de trabajar con Marcelo Gallardo?
Bueno, partamos de la base que yo conocí a Marcelo desde el 2011, cuando él debuta como técnico. Eso fue una gran ventaja. Él debuta como técnico un mes después de haberse retirado como jugador. Nacional le ofrece ser el técnico. Yo había llegado desde Costa Rica después de estar tantos años. En esos días me conecta el gerente deportivo, Daniel Enríquez, me plantea que habían designado, van a designar a un técnico joven, y quería insertarle como profe a una persona de experiencia. Yo había llegado recién. Me lo propusieron. Se lo propusieron a él. Él dijo que el currículum le parecía bárbaro, pero que me quería conocer. Se logró, se hizo una reunión. Tuve un mano a mano de dos horas con Marcelo. La verdad que salió muy linda la charla y a partir de ahí, él dio el OK al presidente nacional.Estuvimos un año, ganamos dos títulos y ahí quedó un vínculo para el futuro. Porque él no iba a renovar en el 2012/2013.
Bueno, ahí pidió una espera. Él necesitaba esperar quedarse en Buenos Aires. Yo esperé todo lo que pude, hasta que al final acepté primero River Uruguayo. Estuve un año y medio. Y cuando pensé que se iba a dar para Argentina, bueno, salió la Universidad de Chile con Martín Nazarte, otro gran técnico y amigo, así como Marcelo. Bueno, yo me fui a la U de Chile. Y a la semana renunció Ramón Díaz y asumió Marcelo. Igual, Marcelo me llamó, pero yo ya había firmado el contrato, le había dado el contrato, le había dado la mano al presidente, al gerente deportivo, me tuve que quedar y lo hice con gusto porque di la palabra. Además me fue bien la U de Chile.
Al tiempo mantuvimos el vínculo personal con Marcelo. Él está en el año 2017, fin de año. Yo termino el vínculo. Ya me había ido la U de Chile. Estuve un año y medio en Nacional con Martín Nazarte. Termina el vínculo, termina el contrato. Me llama Marcelo y me dice que renueva cuatro años el vínculo con River, y me quiere con él, si yo no tenía compromiso. Hablé con Martín Nazarte, obviamente me liberó, dando muestra de su caballerosidad de siempre. Apartir de ahí llegué a esa experiencia.
Conté el tema del vínculo con Marcelo, porque si no era difícil de entender. Ya había un vínculo, había una amistad, había una forma de trabajar, fui su primer preparador físico. Eso me honra. Después el proceso de ellos. Hacía tres años y medio, habían ganado la Libertadores del 2015, la Sudamericana del 2014. Por lo tanto, estaba aceitada la cosa, pero bueno, Marcelo me quería al lado de él junto con dos profes. La verdad que fue una experiencia, desde el punto de vista del trabajo. Yo entraba al predio de seis a siete y media de la mañana todos los santos días y nos íbamos a las cinco de la tarde. Todos los días. O sea, siempre había algo para hace y había un vínculo con todo el staff técnico extraordinario.
De buenos compañeros, de buena gente, donde, bueno, estábamos todo el día ahí y los demás días eran viaje, concentración y partido. Viaje, concentración y partido. Así estuve cinco años. Sin parar, te diría y en el medio de eso, no sé si ustedes supieron que en la Argentina fue dura la cuarentena, la pandemia. Fue bastante dura. Y bueno, fue complicado ese tema, pero bueno, se pudo sortear. Desde el punto de vista, qué te puedo decir, a nivel de River, todos los cuidados que se tuvieron. Igual el COVID entraba por la ventana. ¿Viste? Pero bueno, eso sí. Y bueno, los cinco años dieron mayor inserción en la parte profesional. ¿Viste? Vivir para el fútbol. Que en realidad yo toda la vida lo hice, cuando estaba en un equipo, aunque no estuviera doce horas, vivía pensando en el día de mañana. ¿Entendés? Entonces acá estábamos desde las siete y media de la mañana a las cinco de la tarde, prácticamente todos los días.
Y lo que es la competencia, el ritmo internacional. Primero el ritmo del fútbol argentino, por ejemplo, el ritmo. Todos los equipos tienen un ritmo fuerte. ¿Viste? Fuerte. Es competitivo. Cualquier equipo le puede ganar a cualquiera. Más allá de las lógicas diferencias presupuestales en cuanto a contratación de jugadores. Después muy lindo jugar a Libertadores todos los años. ¿Viste? Competís. El sentido competencia. Yo soy muy competitivo en lo personal. Por lo tanto, me siento a gusto en la adrenalina del límite de ganar o perder. Te tiene que gustar. No tenés que sufrir. Tenés que disfrutar. Y a mí eso me encanta. Disfrutar la adrenalina. ¿Viste? Del minuto a minuto. De falta un minuto. Ese tipo de cosas. Impresionante. Y trabajar. Trabajar con un plantel de jugadores como que tuve el honor de trabajar. Con gente muy profesional. Con mucha ambición y con muchas ganas. Y donde, la verdad, cinco años pasé. Pasé bárbaro y no tuve ningún problema. Marcelo, bueno, aquí hay muchos saludos, ¿verdad?
¿Qué puede decir de Costa Rica?
Cuando me hacían preguntas de todo tipo. ¿Te acordás? Me preguntan en todos lados. En todos los países que yo trabajé. Por lo tanto, no es que quiero hablar por quedar bien. Toda la vida lo expresé, porque lo siento. Es un país que me abrió las puertas. Como ningún otro. Donde me sentí respetado por la gente, por los rivales cuando tocaba enfrentar. Me sentí, no sé. De una manera natural. De una manera, yo. no sé si te acordás. Pero yo fui por un año al principio y a los tres meses de estar ahí, don Jorge Alarcón me llamó a la oficina y me ofreció cinco años de contrato. Cosa que nunca en mi carrera me había pasado. Que es lo que cualquier profesional del fútbol quisiera tener continuidad. Yo la verdad no lo había tenido, siempre pasan cosas. Por ejemplo, entre River y Saprissa. tuve nueve años y medio entre esos dos.
En Costa Rica. Viviendo en Costa Rica. Tuve ocho años y medio. O sea, es un montón. Entonces. Lo que yo tengo es un sentimiento de gratitud. Al pueblo costarricense. De gratitud. De cariño. De respeto. Y la verdad que lo he dicho en todos lados. Y no me alcanzarán los días que me quedan. Para agradecer ese cariño. De la gente.
¿Qué puede decir de la parte deportiva del país?
En cuanto a lo deportivo, yo valoro todas las cosas que hemos obtenido o que he tenido en mi carrera también y compartido con los compañeros. Por ejemplo, momentos preciosos yo los disfruté en Saprissa, en San Carlos y en la Selección. Entonces, cuando San Carlos logró el campeonato, creo que hace unos años, yo me puse muy contento por el cariño que me generó y el respeto también que tuve de los sancarleños. Viví un año y medio en Ciudad Quesada, solo llover todas las tardes, pero la gente, yo me quedo con la gente, siempre me quedo con la gente. Entonces, tremendo cariño. Haber llegado a aquella final, ¿te acordás?
La semifinal contra la Alajuela, haber vivido toda esa época. Pero sin duda que estoy marcado por lo que pasó en el Saprissa. Marcado a fuego y haber, más que el Mundial de Clubes, lo hemos hablado personalmente. El hecho de haber ganado la Concachampions, para mí fue tremendo.
En México, jugando contra Pumas. Yo recuerdo perfecto la subestimación que hacía tanto Monterrey como Pumas hacia el nivel del Saprissa, que estaba conformado solo por jugadores costarricenses, y entonces, esas declaraciones de aquellos técnicos rivales encendieron el orgullo interno. ¿Viste? Y provocaron… Ese partido increíble en Monterrey, ¿te acordás? Que jugamos los 80 minutos y el alargue con 10. Y que provocamos los penales donde Porritas, como siempre, nos salvó. Y haber ganado la Concacaf ahí en el 2005, en cancha de Pumas, fue algo que no me olvido nunca más. Haber ido al Mundial de Clubes y haber acompañado y ayudado al Saprissa, a la mejor posición en su historia, que es el tercer lugar del mundo, obviamente me llena de orgullo. Me llena de orgullo plantel, cuerpo técnico, autoridades, afición y país. O sea, ¿entendés? Yo no me quedo solo con la chiquita de nosotros. Creo que fue un gran espaldarazo para el fútbol costarricense haber ganado la Conca Champions y haber ganado la Concachampions. Y haber salido tercero en el mundo. Aquel famoso gol de la Bala, ¿te acordás? Minuto 89, el 3 a 2.
Entonces, la verdad que lo que es la vida, no sé si este equipo, que era amarillo y negro las camisetas, no es el que dirige Marcelo Gallardo ahora. Creo que es el mismo. El equipo árabe. Sí. Sí, ahí le ganamos el tercer puesto. Entonces, eso yo lo viví mucho, mucho. Lo disfruté mucho, porque además, a mí me revelaba que los cuadros mexicanos y estadounidenses con seis partidos ya iban a las finales de la Concacaf. Está mal. Creo que ahora se emparejó, creo yo. -No. No, no se emparejó. Tenemos que jugar en Centroamérica y ellos tienen otras clasificaciones.- Y meten más equipos, ¿verdad? -Meten seis, la MLS y seis los mexicanos-. Yo me acuerdo que iba a pelearme con Don Jorge Alarcón ahí a la oficina de él para decirle que no podía ser tan injusto y no se podía aceptar así nomás. Que ellos con seis partidos ya eran las finales y nosotros trece partidos tuvimos que hacer. Después tenés que ir a toda Centroamérica a poder ganar o perder. Entonces, eso a mí me revelaba mucho. Entonces, ese es el sabor que me da haber estado en ese glorioso plantel y cuerpo técnico, pero también disfruté todos los títulos de Saprissa. Todos. Desde el primero al último.
También disfruté, aunque en grado, podrán decir en otro grado, pues yo lo disfruté cuando ganamos el campeonato centroamericano de selecciones, con la selección contra Panamá. Entonces, cada cosa deportiva que me pasó en Costa Rica lo disfruté a pleno. A pleno porque me entregué a pleno. Cuando vos te entregás a pleno y las cosas salen bien, bueno, te reconforta, y cuando salen mal, después yo no salgo tres días de mi casa. Soy bruto, pero me quedo encerrado tres días. ¿Viste? Pero que no debería ser eso. Pero está, cada uno es como es. Entonces, la parte deportiva, el crecimiento del fútbol costarricense, el saber que sí se podía. Yo me acuerdo, más de una vez hemos hablado de que yo te decía que había un potencial ahí. Hay un potencial y hay que seguir desarrollando las divisiones juveniles con un crecimiento, con un proceso de trabajo interno en los clubes para que lleguen mejor a la selección. O sea, tengo debilidad por hablar de Costa Rica por todo lo que me genera desde el punto de vista afectivo. Pero, lo he seguido, yo me fui en el 2011.
Ya hace doce años me fui de Costa Rica. Lo he seguido. Disfruté, menos la derrota contra Uruguay, disfruté en el 2014, el Mundial extraordinario que hizo la selección. Y bueno, Oscar Ramírez es amigo mío. Lo acompañé desde la distancia, cuando las cosas no salieron. Y bueno, tengo el orgullo de haber trabajado con los diferentes cuerpos técnicos, con Hernán, con Oscar tantos años juntos, seis años, no es poca cosa, entre selección y Saprissa. Haber trabajado con Daniel Casas en San Carlos también.
¿Cómo fue trabajar con René Simoes?
Me pareció un buen técnico, plantado, con personalidad, con una idea de juego. Acordate, tuvimos dos partidos nomás y después fueron los dos el repechaje contra Uruguay.
¿Qué significó para usted ir a ese repechaje al Centenario?
Habíamos perdido con el gol de Lugano en el Saprissa y luego el 1-1 allá en Montevideo. Primero déjame decirte que, a nivel deportivo, no sé si hay dolor más grande que yo tuve en 33 años de carrera que esos cinco segundos fatales contra Estados Unidos. Ah, sí. Para que veas, aún me duele. Es más, cuando hay alguien que pone las imágenes me genera algo fuerte en el pecho, en serio te digo. Entonces, el apellido Archundia es que lo tengo, ¿entendés? Lo tengo grabado.
Era un jueves del partido. El árbitro mexicano. Sí. Minuto 95, te acordás perfectamente, seguro. Dio cinco, terminaban entre 95, la pelota del córner, antes de tirar el córner, 95:20, habían terminado ahora. Teníamos el boleto a Sudáfrica. Con aquellos dos goles de Bryan, tremendo. Después tuvimos, un montón de contragolpes, para liquidar el partido, cuando ellos se vinieron. Seguramente el dolor más grande de mi carrera, y mirá que yo perdí finales, eh. Perdí finales, clásicos. Mentira que uno, tantos años de trayectoria, solo ganó. No. Uno ha perdido finales. La final contra Flamengo, River Flamengo, 2019. Ese es otro golpe duro. Ese es otro golpe duro. Pero, ¿sabés qué? En lo personal, creo que es el número uno, en cuanto a dolor, que aún persiste en mí, ese partido. Por suerte, Costa Rica, con esa, casi la misma generación, fue al Mundial siguiente, y bueno, por los chiquilines, por los muchachos, por el pueblo costarricense, me sentí como aliviado.
No, no, no, no orgullo nunca nada. Te cuento que, lo que menos quería yo en la vida es jugar esos dos partidos. La verdad. Y, la verdad que lo enfrentamos con con una actitud espectacular, sobre todo el del Centenario. Etuvimos más sueltos, tuvimos posibilidades reales. Después del gol de Walter. Faltaban, no me acuerdo si faltaban 10 minutos, tuvimos una situación de gol, minuto 88 la verdad que fue un dolor grande, pero el dolor, el otro dolor fue superior porque estábamos adentro del avión ya, con respecto al partido, obviamente, en mí se daba que era el país donde yo nací, donde me voy a morir, donde amo profundamente y el país que nunca pensé que se podía querer tanto a otro país que no fuera el de uno y eso es lo que me pasó con Costa Rica. Entonces, la verdad que fue una situación incómoda a lo personal, pero profesionalmente yo me moría por ir a a Sudáfrica, me moría, tenía muchísimas ganas de ir con este mismo grupo a competir a Sudáfrica entonces bueno ese dolor me quedó.
¿Alguna anécdota con una figura costarricense con la que haya trabajado?
Bueno, para mí hay un montón. Muchos saben que Alonso, que Walter son jugadores que desparramaban talento, sabiduría, toda esa generación de de Saprissa, pero a mí me gustaba, por ejemplo, el flaco Bryan. Me encantaba cuando apareció el flaco Bryan que técnicas, que técnicas no un calidad y tremendo pibe, tremendo pibe lo compartí en la selección y sin palabras, sin palabras la verdad que hubo de todo.
Me gustaban muchos jugadores del fútbol tico y me gustó que fueran metiéndose cada vez en la parte profesional. Hoy si no tenés una actitud profesional no competís. Entonces yo que sé, estoy lleno de recuerdos de tantos partidos, de tantos campeonatos, de tantas finales, la ‘Bala’ Gómez, Ronald Gómez extraordinario. Por eso te digo me voy a olvidar y se me van a enojar ayer le escribí, por ejemplo, hace unos días le escribí a un amigo, un jugador que lo tuve muchos años, seis años lo tuve entre Saprissa y la selección que se acaba de retirar que se llama Christian Bolaños. Me encantaba, me encantaba que estos días recordé bastante alguna situación personal que pasó antes de irnos a Japón y con la entereza que lo tuvo y la integridad de la familia para bancarlo y apoyarlo, tengo una imagen cuando fui a visitarlo a la casa con toda la familia reunida y después ver el desarrollo que hizo ese chiquilín, o sea, un recuerdo increíble.
Mundial de Clubes lo bien que lo hiciste y aquel partido con Liverpool que no lo hicieron de todo mal ¿verdad?
Es increíble ese partido la anécdota que cuento siempre es ¿te acordás el ‘9’ 2 metros 0-2? Si, Peter Crouch ¿verdad? Peter Crouch. Este Hernán le recalcaba el tema de tomarlo en las pelotas de área por lo grande que era y a Ronital, de consejo ¿sabés? No le cabeceó una pelota y el gol fue con el pie, pero Ronald recontra lo marcó bien, no le cabeceó nunca un tipo que le sacaba una cabeza y media y con el cuerpo con la experiencia con el buen timing, la verdad, que creo que nos liquidó el segundo gol, capaz que perdíamos lo más seguro igual, pero hicimos, fuimos competitivos me acuerdo que Christian tuvo una o dos chances y tengo recuerdo todos los jugadores porque, además, integro el grupo del chat de jugadores y profe del Sari, que a veces cada tanto, yo no soy mucho de meterme en los grupos en ninguno, pero estoy ahí, me incluyeron y cada tanto en alguna fecha ahí está el recuerdo triste, pero grande de Gabrielito Badilla. Ese grupo. Increíble, un león en la cancha ese pibe y un león en la vida, la verdad el mejor recuerdo. Porritas, que puedo decir de Porritas, Víctor Cordero, José Francisco Porra, los Drummond, Reinaldo Parks, Ronald González eran la caja fuerte de ese plantel, eran la experiencia, la serenidad, reflexividad, esos tipos eran los próceres de Saprissa. Entonces mis respetos a todos el plantel la verdad, sin duda fue un hecho que me marcó para toda la vida, entonces fue increíble y a ver lo revivido ahora.