El equipo del Borussia Dortmund despidió este sábado a Jürgen Klopp luego de siete años al frente del equipo, en donde supo conseguir dos Bundesliga, dos Supercopa de Alemania y una Copa de ese país. Hoy dirigió, ante Werder Bremen, su último partido al frente del equipo y los hinchas le rindieron un caluroso y emotivo homenaje.
Su adiós de la afición tenía que ser épico. Su equipo jugó como siempre lo buscó Kloppo. Ofensivo, punzante, con garra y por lapsos de juego recordó las mejores épocas del equipo, las del Bicampeonato bajo su mandato.
La campaña inició complicada para el Borussia Dortmund. Lesiones y bajas de juego hicieron lento el despegue. De hecho no existió tal, pues gran parte del certamen el equipo estuvo cerca del descenso, situación ilógica para la prosapia y talento de la vigente plantilla.
Klopp supo revertir la situación pero las noticias no fueron buenas para la fanaticada, pues el 15 de abril dio la triste noticia de que abandonaría al club en verano. A partir de ahí, el único objetivo era meter al equipo a puestos europeos, situación que se hizo posible gracias a la clasificación a la final de la DFB Pokal, pues el Wolfsburg accedió a Champions y con ello, el Dortmund recibirá el boleto a la competición continental, solo restará saber si desde la fase de grupos o desde el repechaje, situación que dependerá de si el Borussia se corona campeón.
Hoy con el resultado por 3-2 ante el Werder Bremen con goles de Kagawa, Aubameyang y Mkhitaryan, tres hombres por los que apostó en su mandato (apuestas raras pero que le ayudaron a gestar un Dortmund difícil de olvidar), la despedida fue con festejo, victoria que le sabe bien para su adiós. Este sábado, tras 238 partidos de Bundesliga, Klopp se despidió con la misma sonrisa de siempre y con el amor del público, cosa que jamás olvidará y por la que algún día podría regresar
