El campeonato iraní vivió un episodio peculiar. Tres equipos llegaban a la última jornada con opciones de hacerse con el título. El Tractor Sazi y el Naft Teherán, líder y colíder empatados a puntos, se enfrentaban entre ellos. El Sepahan, tercero con un punto menos, se medía a un equipo en la zona tranquila de la tabla.
Así, al Tractor Sazi le valía la victoria, o el empate si el Sepahan empataba o perdía. El Sepahan, en cambio, tenía que ganar y esperar que los dos primeros empatasen para alzarse campeón. El Tractor Sazi llegó a los minutos finales ganando por 3-1, pero el Naft Teherán logró empatar, dejando el marcador definitivo en 3-3.
Mientras, el Sepahan ganaba por 2-0, colocándose primero. Pero ese dato no lo conocían los 90.000 aficionados del Tractor Sazi que se encontraban en el estadio: estaban convencidos de que el Sepahan había empatado, y que, por tanto, eran campeones de Liga.
Según los medios iraníes, la información se ocultó para evitar disturbios en el estadio. Aun así, la hinchada del Tractor saltó al césped a celebrar el supuesto triunfo. Al cabo de unos instantes, los “falsos campeones” se dieron cuenta de que el Sepahan había ganado, y que, por tanto, los había superado en la clasificación. La cosa no acabó bien en el estadio del Tractor Sazi: lanzamiento de sillas, peleas…