El duelo de la Champions africana del pasado domingo entre el Moghreb Tetouan marroquí y el Al-Ahly egipcio finalizaba con una curiosa imagen que sirve para demostrar que la autoridad arbitral no se gana a base de tarjetas.
Muy enfadados por una derrota que llegaba en el minuto 90 después de que Mohsen Iajour acertara en el lanzamiento de una falta (1-0), varios jugadores visitantes se dirigieron al árbitro cuando pitó el final y comenzaron a protestar airadamente.
Lo más sorprendente fue la tranquila reacción del juez, el gambiano Bakary Papa Gassama, en un partido con duelo español en los banquillos. Sergio Lobera es el entrenador del cuadro marroquí, mientras que Juan Carlos Garrido dirige a los egipcios.
En estas circunstancias, otros árbitros se hubieran hartado a sacar tarjetas para calmar los ánimos, pero el que dirigió el encuentro en el estadio Saniat Rmel puso paz sin necesitar de amonestar a ningún futbolista. ¿Cómo lo consiguió? Primero aguantó el chaparrón con firmeza, casi sin pestañear y mirando fijamente a los componentes del Al-Ahly. Cuando vio algunos protagonistas continuaban con su actitud desafiante, «desenfundó y sacó la cartulina roja de su bolsillo, pero no se la enseñó a nadie. Los jugadores olieron el peligro y rápidamente cesaron sus quejas y disolvieron el tumulto.
Igual de tranquilo que antes, el árbitro volvió a «enfundar» la cartulina en su bolsillo y se dirigió a los vestuarios. Un final poco habitual en este tipo de situaciones.
Fuente: Diario ABC
