Los equipos grandes se destacan por sobre el resto, pues después de severos tropiezos, lejos de quedarse lamiendo heridas, son capaces de sacudirse el polvo, ponerse en pie retomar el camino con más fuerza.
Esto fue lo que hizo el Deportivo Saprissa el día de ayer frente a su fiel feligresía, en donde cosechó tres puntos muy valiosos y gracias al traspié manudo en el Pacífico puntarenense la diferencia en la tabla de posiciones vuelve a ser de tan solo dos puntos. El ADN morado siempre se hace presente cuando el equipo más lo necesita.
Mucho fútbol pocos goles. El batacazo frente al team florense no solo produjo una revolución en la oncena inicial sino también en el dibujo táctico del equipo en el rectángulo de juego.
Los morados formaron con un 4-3-3, sacrificando un hombre en la zona defensiva y sumando gente en zona de ataque para tener más llegada utilizando la posesión de balón y menos juego directo que era lo que se venía practicando. A pesar de verse abajo en el marcador en los inicios del encuentro los tibaseños asimilaron muy bien este cambio de sistema y fueron un vendaval sobre la portería de Luis Torres.
Una vez más la falta de puntería, la precipitación e incluso la falta de fundamentos básicos a la hora de tener la portería de frente privaron a los dirigidos por Jeaustin Campos de alcanzar una renta de al menos cuatro anotaciones en la primera mitad, y tan solo se consiguió una por obra de quien si no el hombre más peligroso del área Kendall Waston; lastima que este portento de la naturaleza sea defensor y no el nueve que tanto se anhela en el Saprissa.
En la parte complementaria el asedio no daba tregua, pero una vez más los pecados en la definición no permitían que los morados se pusieran al frente del marcador hasta que el argentino Mariano Torres envió un trallazo de sobrepique al fondo de las redes después de una serie de rebotes en el área.
El partido estuvo vivo hasta el final pues los morados no lo liquidaron en la red ni lograron plasmar la supremacía con goles, sin embargo, la victoria fue más que justa, visto lo acontecido en los más de noventa minutos de juego.
Nombres propios. El Saprissa de hoy se le considera diferencial, pero porque tiene jugadores dentro de su planilla que de verdad marcan la diferencia por sobre el resto. El primero de ellos a destacar es Kendall Waston, el espigado defensor es el alma y corazón de los morados tanto en zona defensiva como en zona de ataque. El mundialista de Rusia y Qatar es la principal arma aérea de los morados en fase ofensiva y es un verdadero dolor de cabeza para los contrincantes; muchos se están tardando la dirigencia presidida por Juan Carlos Rojas en renovarlo.
La historia de Saprissa tiene muchos jugadores grabados a fuego de leyendas, dos de ellos serán Mariano Nestor Torres, y Christian Bolaños Navarro. El primero ya es el argentino con más anotaciones en la casa tibaseña y de su zurda se han vivido verdaderas tardes y noches de algarabía, su sola presencia enardece a la afición morada que ya sueña ver la camisa 20 en lo más alto de la gradería Este.
Que más vamos a decir del múltiple mundialista Christian Bolaños quien ayer volvió a disfrutar de la titularidad y de sus botas se enhebraron jugadas claras, sus intervenciones le dan una fluidez especial al equipo y afortunadamente para los intereses de todos, su presencia en la cancha alegra la vista de todos los que amamos este deporte; otra camisa que sin dudas ya tiene su espacio en el Rincón Este de la cueva morada.
Se viene semana larga para recargar baterías y continuar la cacería por ese primerísimo lugar que da acceso a la gran final; próxima parada será visitar el oeste de Costa Rica ante un equipo griego que a pesar de vivir horas bajas siempre se hace fuerte en su feudo.
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