Las exequias, con el féretro abierto, comenzaron con cinco minutos de retraso con respecto al horario previsto, con la apertura de puertas a los miles de aficionados que esperaban desde la madrugada a las afueras del campo con banderas para despedirse de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Antes, Edinho, hijo de 'O Rei', y el exjugador Zé Roberto cargaron el ataúd, ayudados por personal del Santos, hasta una carpa situada en el centro de la cancha, un espacio con 80 sillas que está reservado para los familiares y amigos del astro brasileño, mientras que los aficionados pasarán junto al féretro por una pasarela a una distancia de unos cinco metros.
El velatorio se prolongará hasta la misma hora de martes, cuando será enterrado. Ese día, un cortejo fúnebre llevará el cuerpo por el barrio donde aún vive la centenaria madre de Pelé hasta la torre del cementerio Memorial Necrópole Ecumênica. Allí, Pelé será enterrado en el nicho de su familia.
