Durante sus ocho años como presidente de Estados Unidos (2001-2009), George W. Bush protagonizó algunos deslices verbales memorables. Son tan conocidos sus errores durante sus discursos públicos que incluso existe un concepto en inglés para definirlos: los buchisms.
Pues bien, el último bushismo a añadir a su largo historial de patinazos tiene que ver con la guerra en Ucrania. En un evento en Dallas el miércoles, el 43º presidente estadounidense estaba criticando el sistema político de la Rusia liderada por Vladímir Putin cuando dijo: "El resultado es la ausencia de controles y equilibrios en Rusia, y la decisión de un hombre de lanzar una invasión totalmente injustificada y brutal de Irak".
Tras ello, reaccionó rápidamente para corregirse: "Quiero decir, Ucrania". Y encogiéndose de hombros, añadió en voz baja: "Irak también". Un comentario que hizo estallar en carcajadas al público. "Setenta y cinco", agregó el expresidente, achacando el error a su edad. Más risas.
Bush autorizó la invasión del país del Golfo en 2003, con el apoyo de España y el Reino Unido (el llamado Trío de las Azores), con el fin de encontrar y destruir supuestas armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas. Las afirmaciones de que el entonces líder iraquí Sadam Hussein cobijaba a combatientes de Al Qaeda, autora de los atentados del 11-S, también resultaron ser infundadas.
El conflicto, que se prolongó hasta 2011 y ha dejado un país destrozado, inestable y abocado a la guerra civil, mató a cientos de miles de personas y desplazó a muchas más. No hay un balance oficial de víctimas, pero el portal Iraq Body Count, uno de las mejores fuentes para rastrear el número de civiles asesinados desde que comenzó la invasión, calcula que murieron 185.154 civiles a causa de la violencia directa relacionada con la guerra causada por Estados Unidos en los ocho años de ocupación. Las fuerzas de la coalición perdieron 4.825 soldados.