Los vientos en contra que están viviendo los mercado globales y la economía internacional son todo un impulso para el dólar estadounidense. Parece ser que cuanto peor, mejor para el billete verde. La guerra en Ucrania, la divergencia a la hora de encarar la inflación por parte de los grandes bancos centrales, las restricciones chinas por razón del COVID.
El dólar alcanzó la semana pasada máximos de 20 años frente a una cesta de las principales divisas del mundo y tuvo en abril su mejor mes de los últimos siete años, ya que la preocupación por la economía mundial y la postura de la Reserva Federal, que se muestra muy agresiva, reforzaron la demanda por el billete verde.
El dólar ha alcanzado recientemente un máximo de 20 años frente al yen y de cinco años frente al euro, que se ha visto fuertemente penalizado desde la invasión de Rusia a Ucrania.
En el caso del euro, los analistas están ponderando la posibilidad de la paridad en los próximos días, algo que no ocurría desde 2002, cuando la moneda europea elevó su cotización por encima del dólar de forma continuada.
Moneda de refugio en un momento de mucha incertidumbre
La divisa estadounidense se está viendo favorecida por la caída generalizada de los mercados y su histórico y renovado papel como moneda refugio.
En un entorno de múltiples riesgos y una economía que pese a la contracción sufrida en el primer trimestre aun tiene elementos claves fuertes como la estadounidense, todo indica que el dólar va a mejorar su evolución contra el resto de las divisas mundiales.
Cualquier escalada en la guerra o una postura más agresiva por parte de la Fed a la hora de controlar la inflación podría impulsar más a la divisa estadounidense
Para los exportadores estadounidenses la fortaleza del dólar es mala noticia ya que resta competitividad a sus ventas. Para europeos y japoneses, se abre, no obstante un momento de oportunidad para sus relaciones comerciales con EE UU.
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Latinoamérica aguanta
Aunque el dólar ha mostrado su fortaleza con respecto a la mayor parte de las divisas globales, las de algunos países latinoamericanos como México, Brasil y Chile se han mantenido relativamente estables con respecto al billete verde debido a la oportunidad que se presenta para muchos países productores de materias primas y exportadores de estas y al hecho de que muchos de los bancos centrales han subido antes las tasas de interés para atajar la inflación.
"El escenario sigue siendo incierto, pero noticias de futuros apoyos monetarios y fiscales en China, así como una mejora en la perspectiva de la calificación de la deuda soberana de México por parte de la agencia HR Ratings, apoyan a la mejora de la moneda mexicana", dijo la firma CI Banco.
Dificultades para el euro
El último jueves de abril, cuando Rusia cortó el gas a Polonia y Bulgaria, el euro perdió un 1%, superando el punto más bajo con respecto al dólar alcanzado en los inicios de la pandemia en marzo de 2020.
Ahora, los esfuerzos ante la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia están poniendo más presión en la economía y las perspectivas de Europa. De acuerdo con Eurostar las 19 economías del euro crecieron apenas un 0.2% en los tres primeros meses del año.
Aunque EE UU se contrajo un 1.4% en el mismo periodo los economistas consideran que el motor de la economía de este país, el consumo, sigue sólida por lo que la lectura del PIB no se percibe como la inmediata antesala de una recesión.
Además de la presión sobre el euro por las consecuencias de la guerra la expectativa de que la Reserva Federal suba las tasas de interés medio punto el 4 de mayo y quizá en medio punto más en la reunión de junio.
Mientras tanto el Banco Central Europeo no ha subido tasas de interés aún y dado el impacto de la guerra en las economías de la zona se especula con que no haya apetito por una política tan agresiva como la de la Fed que tiene en su agenda acabar con una inflación elevada. El dato preferido de la reserva Federal para medir el aumento de precios, el Índice de Gastos de Consumo Personal (PCE en sus siglas en inglés) se elevó un 6.6% hasta marzo, el ritmo más elevado de los últimos 40 años aunque en su lectura subyacente (menos las partidas más volátiles, energía y alimentos) el crecimiento ha sido menor en marzo que en meses anteriores.
Fuente: Yahoo Finanzas