Vikingos: Valhalla, la nueva serie que se estrenó el viernes pasado en Netflix presentando un extraordinario arco para cada uno de sus personajes, los cuales en su mayoría están inspirados en figuras históricas reales. Sin embargo, uno que dejó confundidos a los seguidores.
Navegando entre la leyenda y la realidad, son muchas las historias que estos pueblos nórdicos dejaron atrás. En concreto, 'Vikings Valhalla' trata algunos eventos fundamentales de su historia, como la Masacre del Día de San Bricio (una matanza indiscriminada de vikingos que se produjo en el reino de Inglaterra l 13 de noviembre de 1002, perpetrada por el rey Etereldo II en respuesta a las frecuentes incursiones danesas). En el desarrollo de la serie conocemos personajes reales, como Emma de Normandía, el rey Canuto Hardeknut, Freydís Eiríksdóttir, Harald III de Noruega o Leif Erikson.
Serendipia o motivación
Este último ha pasado a la historia como uno de los vikingos más importantes de todos los tiempos. Aunque en la serie se refieren a él como el groenlandés, lo más probable es que naciese en Islandia.
Era el segundo de los hijos del explorador noruego Erik el Rojo, conocido así por su color de pelo. Este era a su vez hijo de Thorvald Asvaldsson, desterrado de Noruega por homicidio y posteriormente exiliado en Islandia.
Erik acompañó a su padre en este periplo, y él mismo sería desterrado de Islandia posteriormente, por lo que la cultura popular le atribuye el descubrimiento de Groenlandia, donde fundó el primer asentamiento vikingo. De ahí que a Leif Erikson le llamen el groenlandés.
Su nacimiento está fechado el 970 d.C, y fue conocido como 'el afortunado'. Sin duda lo era, navegó desde Groenlandia a Noruega para servir en la corte de Groenlandia, y fue Olaf I Tryggvason quien lo convirtió al cristianismo (su padre era pagano) y le encargó difundir dicha religión a los colonos de Groenlandia. Aunque tendría que haber vuelto a ese país alrededor del año 1000, según recoge 'La saga de Erik el Rojo' se desvió de su rumbo y aterrizó en el continente americano.
Al observar los bosques donde podía encontrar madera para construir, y las uvas, decidió llamar a la región Vinland ('Tierra del vino'). Otras historias difieren un poco de esta serendipia. De acuerdo con la 'Saga de los groenlandeses', Leif se enteró de una nueva tierra al oeste gracias al islandés Bjarni Herjólfsson, que había sido arrastrado hacia ahí en una tormenta mientras se dirigía a Groenlandia, 15 años antes. En esta versión, Leif iba equipado para encontrar una nueva tierra (aproximadamente en la misma época) y llamó a cada lugar en función de sus cualidades y de una manera más específica: Vinland, por ejemplo, habría sido probablemente el área que rodea el golfo de San Lorenzo (al este de Canadá). Después, los hermanos de Leif también viajarían hasta aquellas zonas.
De cualquier manera, sea cual sea el relato que se escoja, coinciden en algo: Leif Erikson descubrió América 500 años antes que Cristóbal Colón. Sea real o pura leyenda la historia de Leif Erikson, 'BBC' publicaba hace poco que los vikingos crearon un asentamiento en Norteamérica hace exactamente 1.000 años. Es decir, mucho antes de que Cristóbal Colón llegara al continente, según un nuevo estudio. Este se basa en una nueva técnica de datación que analiza los anillos de los troncos de los árboles, y es la que ha proporcionado evidencia de que los vikingos se establecieron en la actual provincia de Terranova, en el este de Canadá, hacia el 1021 d.C.
Sam Corlett hace de Leif Erikson en 'Vikings: Valhalla'
Algunas investigaciones sugieren que los vikingos partieron desde un asentamiento nórdico en Groenlandia hacia Terranova y Labrador, Canadá. Coincide con la idea de Erikson fundando Vinland en Terranova y visitando las actuales islas de Baffin y Labrador. También se cree que llegó hasta los territorios de la actual Minnesota. La presencia del vikingo aún no ha sido verificada en el continente americano, pero eso no quita para que se estableciera el 9 de octubre como su día, aunque la fecha en concreto no tenga nada que ver con ningún evento en la vida del vikingo.
Para los autores del estudio, por supuesto, el descubrimiento representaría un punto definitivo para futuras investigaciones sobre las consecuencias iniciales de la actividad humana trasatlántica. Además, cambiaría nuestra mentalidad al ser la evidencia más temprana de asentamientos europeos en el Nuevo Mundo. Pero si por cuestiones personales quieres seguir dándole el beneficio de la duda a Cristóbal Colón y no dejar un descubrimiento de tal calibre en manos de unos nórdicos, siempre te queda apagar la televisión y no profundizar mucho más en las series de Netflix.
Fuente: Diario El Confidencial España