La cirugía o la radioterapia son opciones terapéuticas que han logrado grandes avances en la supervivencia de pacientes con cáncer de próstata. Aunque tienen un riesgo, la pérdida de la función sexual.
Después de un tratamiento con cirugía, radio o quimioterapia, pueden aparecer, entre otros trastornos, la disfunción eréctil o la falta de deseo. Se trata de secuelas variadas que pueden afectar hasta al 75% de los pacientes y se deben principalmente al tipo de cirugía, la prostatectomía radical.
Alrededor de la próstata, explica el doctor Antonio Allona Almagro, jefe de la Unidad de Urología del Hospital Ruber Internacional de España, “se encuentran las bandeletas neurovasculares, unas estructuras encargadas de transmitir al pene la señal nerviosa de la erección. Al extraer la próstata durante la cirugía, estos nervios se suelen dañar, e incluso son directamente extraídos. Además, la operación puede producir fibrosis en el interior del pene. Si la señal nerviosa no se produce, o lo hace de manera muy tenue, no habrá erecciones o estas serán muy débiles”.
No es solo la cirugía: la disfunción eréctil también puede producirse como consecuencia de los métodos con radio y quimioterapia, que pueden dañar estas bandeletas. “En este caso, la disfunción sería más progresiva, mientras que en la cirugía se produce inmediatamente”.
Otro tratamiento que puede afectar a las erecciones es el hormonal, pues consiste en la supresión de la producción de la hormona testosterona, implicada, entre otros procesos, en la dilatación los vasos sanguíneos del pene en la erección. Los tratamientos hormonales pueden afectar también al deseo sexual. “Cuanta menos edad tenga el paciente, menos probabilidades habrá de que sus erecciones se vean afectadas”. Finalmente, si se realizase una prostatectomía radical (extirpación de la próstata y de las vesículas seminales), no se vuelve a eyacular, aunque sí puede tener lugar lo que se conoce como "orgasmo seco".
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¿Hay solución?
Pero, en la actualidad, tratarse un cáncer de próstata no tiene por qué significar que las relaciones sexuales vayan a quedar definitivamente dañadas. Como explica el doctor Allona, "hoy disponemos de técnicas que pueden ayudar, y mucho, en este sentido. La terapia focal es un tipo de tratamiento que supera este problema al tratar solo el foco del tumor en lugar de toda la próstata".
Hay que destacar que este tipo de terapia no es aplicable en todos los casos. “Se aplica en tumores localizados y con opción a tratamiento curativo”. Como señala, está indicada en pacientes con tumores pequeños y que tengan un máximo de dos o tres focos muy cercanos uno del otro y que permita tratar una parte pequeña de la próstata. "Aparte, es necesario que sea un paciente que no tenga un tumor agresivo. También importa el propio deseo del enfermo, que debe ser quien, según su edad y sus expectativas sexuales, decida este tratamiento", destaca el jefe de la Unidad de Urología.
Existen diferentes tipos de terapia focal. Concretamente, el Hospital Ruber Internacional emplea tres técnicas distintas, explica el doctor Juan Ignacio Martínez-Salamanca, jefe asociado de la misma unidad del hospital madrileño:
- Crioterapia. "Es una fuente de energía que está basada en frío y que se puede aplicar en cualquier localización prostática".
- HIFU (ultrasonidos focalizados de alta intensidad). "Está indicada en tumores posteriores de la próstata, cerca del recto".
- Electroporación (pulsos de alto voltaje de energía eléctrica). "Es bastante versátil, aunque no tanto como la crioterapia".
Las diferentes alternativas de la terapia focal permiten mantener la función prostática en más del 90% de los casos, con muy pocos efectos secundarios y un perfil de seguridad muy alto. Eso sí, requieren un seguimiento más estrecho y el 15% de los pacientes necesitará algún tratamiento adicional. Por suerte, esto no es un problema: "Después de dicha terapia, el enfermo se puede perfectamente operar o tratar con radioterapia sin aumentar sus riesgos en comparación con que lo hubiese hecho de manera previa", precisa el doctor Martínez-Salamanca.
Por lo que respecta a estos tratamientos adicionales, o bien para aquellos pacientes que no reúnen los requisitos necesarios para una terapia focal, los especialistas nos comentan las distintas opciones. En cirugía, explica el doctor Allona, "se puede hacer una prostatectomía radical laparoscópica, asistida por el robot quirúrgico Da Vinci. Se trata de una cirugía menos invasiva que tiene muchas ventajas así como dos inconvenientes: el paciente tiene que someterse a anestesia general y es una intervención más cara que el uso de la cirugía abierta convencional o la cirugía laparoscópica no asistida por Da Vinci".
El tratamiento con radioterapia es otra opción válida. "En particular, disponemos del sistema de radiocirugía robótica Cyberknife, una técnica que reduce el número de sesiones necesarias sin disminuir la seguridad oncológica", apunta el especialista.
En definitiva, ambos médicos concluyen que es posible, en muchos casos, poder mantener una vida sexual satisfactoria una vez superado el cáncer de próstata. Y coinciden: "Lo importante es ponerse en manos de un equipo altamente especializado que ofrezca las diferentes alternativas posibles en función de las circunstancias personales".
Fuente: Diario El Confidencial de España