"Pero si algún pingo
Llega a ser fija el domingo
Yo me juego entero
¡Qué le voy a hacer!"
Como el estribillo de aquél tango argentino "Por una cabeza" del maestro Carlos Gardel, que redundara tantas veces por la cabeza del mediocampista argentino Mariano Torres, así deben ser las horas de suspenso del jugador morado en espera de resolución sobre su última polémica, esta vez, la de jugarse por entero y no frenar en el momento en que su boca se abre sin medir consecuencia de que sus palabras podrían ser, como tantas otras veces...el peor de sus aliados, "yo me juego entero" seguramente pensará Torres al repasar lo que pudo haber pasado en Marcel Hernández en esa discusión.
"Cubano de m... muerto de hambre", ha sido la frase polémica de la semana en cada medio deportivo nacional al referirse sobre lo sucedido este sábado, esta frase que aún se investiga y que empaña lo sucedido en la cancha del Ricardo Saprissa en donde más importante que eso, se vieron 6 goles, rostros de satisfacción al finalizar los primeros 45 minutos, esos mismos rostros que al final del partido, buscaban explicaciones a lo sucedido en el complemento, esa respuesta brumosa que ya pocos esperaban y de la cuál Mariano Torres también fue víctima, haya o no haya dicho lo que denuncian desde las tiendas brumosas.
Al creativo morado no le avala su historial, 4 expulsiones desde que llegó al país en 2016 y más allá de eso, en todas ha perdido la cabeza, esa que ha sido en varias ocasiones la culpable de múltiples amarillas que pintaban más para roja y en otras, como consecuencia de la expulsión, lo ha invitado a sujetar del brazo a un central, a olvidarse por unos minutos de lo que su equipo se juega en cancha y también de denunciar a la misma Comisión de Arbitraje.
“Hay muchas cosas que dentro de la cancha a uno le da bronca porque después te invitan a reuniones, se hacen los serios que el fútbol tiene que ser más dinámico, se toca un jugador y pegan un grito terrible y los árbitros lo compran y te sacan amarilla", mencionó en aquella oportunidad el canterano de Boca Juniors.
Para aseverar un discurso tan fuerte, hay que ganarse un nombre, ser alguien a quien las cámaras busquen después de un partido y esto Mariano lo sabe. Sus 4 títulos nacionales vestido como morado, siendo figura indiscutible en el 11 de Carlos Watson, Vladimir Quesada, Walter Centeno, Roy Myers, Mauricio Wright y ahora Iñaki Alonso, le dan no sólo para ser el capitán morado dentro de la cancha, sino también para solicitar a quienes imparten justicia, que también se preparen bien antes de ponerse el uniforme arbitral: "Pero hay cada árbitro que veo en la televisión con cinco kilos de más y son una cosa de locos, el fútbol a mi me encanta pero lo que están haciendo los árbitros es ganar protagonismo donde no lo tienen que ganar, los protagonistas son los jugadores", mencionó en otra oportunidad el argentino... las palabras no cayeron del todo bien en el seno de la Comisión Arbitral esa vez.
El Tango y La Bronca por la cabeza del argentino, que en meses anteriores había sido invitado por mucha de la afición y la prensa futbolera nacional, para ponerse la camisa de la tricolor y representar a nuestro país, en la búsqueda del ansiado boleto hacia Qatar, esta idea parece haberse disipado, más por egos y voluntad de una y otra parte, que por requisitos y condiciones del jugador: ''Por el momento no hice nada y no lo pienso hacer, nadie ha hablado conmigo, si la posibilidad se da el día de mañana voy a estar dispuesto porque ya he cumplido el tiempo que se requiere. A cualquier jugador le gustaría ir a un Mundial pero no tengo por qué estar haciendo algo, nadie ha hablado conmigo, se tienen que dar varias situaciones, no solo las ganas", sentenció en aquella oportunidad el creativo argentino.
De momento el argentino se conforma con la certeza de saber que ha escrito su nombre en la historia del Deportivo Saprissa en donde le quedan 6 meses de contrato y ya se habla de su renovación, el 20 Saprissista ha mencionado su interés por jugar en Tibás hasta el final de su carrera y sólo queda esperar si se dan los acuerdos y se prolonga la estancia del argentino fuera de su Buenos Aires querido de donde salió en 2008... al cabo que "20 años no es nada".
Por: Leonel Alemán
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