La sexualidad y la sensualidad son aspectos diferenciales e incluyentes del acto sexual humano. Presente a lo largo de la vida, se aprende y se forma en el sentido del placer cotidiano, del cuerpo, de la voluntad y del placer recíproco, del amor de los compañeros.
Las personas mayores tienen básicamente las mismas necesidades de placer y bienestar que los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, y aunque estas necesidades tienden a estar menos satisfechas, especialmente para quienes viven en instituciones, no desaparecen con la edad.
Seguir siendo un ser sexual durante el proceso de envejecimiento debe ser considerado un derecho fundamental y un importante predictor de calidad de vida. La forma en que cada persona se siente y se expresa como mujer o como hombre es un hecho biográfico que dura toda la vida, es su sexualidad.
La expresión de este hecho encaminado a obtener placer, con la participación del cuerpo a través de los sentidos, es su sensualidad, que se alimenta de deseos y capacidades para atraer a alguien, su erotismo, y se manifiesta en numerosos comportamientos, a veces compartidos, a veces compartidos. solo, tu vida amorosa.
El placer no disminuye con la edad.
La mayoría de las personas mayores siguen siendo sexualmente activas, el interés por el sexo y el placer no disminuyen con la edad.
Aunque la edad por sí sola no es motivo para cambiar las prácticas sexuales que se han disfrutado a lo largo de la vida, en algunos casos pueden ser necesarias adaptaciones dadas ciertas limitaciones físicas, efectos de enfermedades o medicamentos.
Estos cambios serán menos pronunciados y el erotismo sensual asociado menos afectado cuando la persona ha sido sexualmente activa. La imaginación, la estimulación sensorial y otras ayudas ambientales pueden aumentar la receptividad al placer y al encuentro.
Investigando estas ayudas externas, preguntamos a las tiendas eróticas sobre las demandas más frecuentes que plantean las personas mayores.
Entre los hombres, los temas relacionados con la erección son los más consultados, desde cremas tópicas hasta anillos para el pene.
En el caso de las mujeres, se trata de aspectos relacionados con la lubricación y fricción durante las relaciones sexuales y estimuladores eróticos, como perfumes, lencería, masajeadores y juguetes.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay adultos que optan por no participar en actividades sexuales, y esto también es normal.
El efecto de la viudez
Los factores psicológicos y sociales que afectan la sexualidad a medida que envejeces son muy importantes.
En muchas culturas, el sexo está vinculado a la juventud, y las personas mayores pueden sentirse menos deseables, lo que puede afectar negativamente su autoestima, lo que a su vez puede afectar su rendimiento sexual.
Por ejemplo, ser viudo tiene numerosas implicaciones para la salud emocional y sexual, ya que las personas que han estado en una relación durante la mayor parte de sus vidas pueden no saber cómo manejar sus sentimientos sexuales a largo plazo.
Según información obtenida entre estudiantes del programa para personas mayores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM, Albacete, 2020), la sexualidad es un componente muy importante de su bienestar (93%), y aunque la práctica de la las actividades sexuales, como el coito, disminuyen, el deseo sexual se mantiene activo (71%) y se disfruta del afecto y el erotismo (69%).
Lo que era un amor intenso, pasional, genitalizado, bajo el influjo de la dopamina, es ahora un amor de compañía, de estar con quien se ama y disfrutar, con gran implicación de los sentidos y las emociones, mediado por neurotransmisores (serotonina y oxitocina). ), cuyos efectos son más suaves.
Desinhibición y entrega al placer
Estos cambios se pueden reflejar en la apertura emocional durante las prácticas sexuales (91%), en la desinhibición y entrega al placer durante las relaciones (7%) y en la satisfacción con su estado de ánimo después de la actividad sexual (9%).
Teniendo en cuenta el género, encontramos diferencias en la autopercepción, por ejemplo, en cuanto a la intensidad de la excitación sexual (54% hombres/45% mujeres) o el equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe (63% hombres/36% mujeres).
La búsqueda del placer continúa y se expande a lo largo de la vida.
No debemos olvidar que si no lo somos ya, todos seremos viejos dentro de unos años y desearemos lo que todos deseamos: placer, dignidad, intimidad y el cuidado atento de una persona, sin intromisiones impertinentes.
Fuente: BBC Mundo