Los países europeos se preparaban el viernes para imponer nuevas restricciones a los viajes y otras medidas, en un esfuerzo por frenar el aumento de los casos de la variante ómicron del coronavirus, que amenaza con paralizar la recuperación económica mundial.
Alemania, Irlanda y Dinamarca se plantean imponer nuevas restricciones en los días previos al inicio de las fiestas navideñas, siguiendo los pasos de Francia, que cerró sus fronteras esta semana a la mayoría de los británicos no residentes.
El viceprimer ministro irlandés, Leo Varadkar, dijo que, ante un "virus cruel", el Gobierno no tuvo más remedio que considerar medidas impopulares, como el cierre más temprano de bares y restaurantes.
"Todos sentimos ira, frustración, consternación, depresión, pero eso no puede desviarnos de tomar las decisiones correctas para mantener a nuestra gente a salvo", dijo en Twitter.
Según las normas, que podrían anunciarse más tarde el viernes, los viajeros a Alemania procedentes de Reino Unido tendrían que estar en cuarentena durante dos semanas, dijo un portavoz del Ministerio de Salud alemán.
La incertidumbre sobre el impacto que tendrá la rápida propagación de ómicron en la recuperación económica mundial se reflejó en los caminos divergentes tomados por los principales bancos centrales esta semana.
El Banco de Japón mantuvo el viernes su política monetaria ultraexpansiva, aunque redujo la financiación de emergencia por la pandemia.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dijo que el endurecimiento de las medidas de contención para detener la propagación de ómicron "podría retrasar la recuperación" y el BCE no llegó a señalar una rápida reducción de los programas de apoyo por la pandemia.
En cambio, el Banco de Inglaterra, que lucha contra la alta inflación, subió las tasas, convirtiéndose en la primera economía del G7 que lo hace desde que comenzó la pandemia. La Reserva Federal de Estados Unidos, también preocupada por los precios, señaló planes de endurecimiento para el próximo año.
La variante ómicron ha hecho que las infecciones en Gran Bretaña se acerquen a los niveles máximos de principios de 2021, aunque las hospitalizaciones y las muertes siguen siendo mucho menores. Otros países europeos y Estados Unidos también han visto cómo las infecciones se disparaban en diciembre.
Desde que el coronavirus surgió en Wuhan, en China, hace unos dos años, más de 5 millones de personas han muerto a causa del COVID-19 en todo el mundo y se han notificado más de 272 millones de casos.