Si bien no existe una cura para la hipertensión, se la puede controlar incorporando hábitos saludables, incluida una buena dieta. Pero cuando hablamos de dieta no solo hacemos referencia a los alimentos. Conoce aquí bebidas que pueden ayudarte a controlar los niveles de presión arterial.
¿Qué es la hipertensión?
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos o las arterias. Puede medirse en milímetros de mercurio (mmHg) teniendo en cuenta la actividad del corazón: presión sistólica (bombeo) y diastólica (reposo).
Se consideran niveles normales cuando la presión sistólica está por debajo de los 130 mmHg y la presión diastólica por debajo de los 85 mmHg.
Si el tensiómetro indica que las medidas anteriores se superan de manera constante, se puede haber desarrollado hipertensión. Esta afección puede:
Alterar el funcionamiento del corazón.
Aumentar el riesgo de sufrir ataques cerebrales.
Causar daños renales y oculares.
Dificultar la circulación sanguínea.
Provocar estrechamiento arterial.
Bebidas contra la hipertensión
Una de las primeras medidas que se debe tomar para controlar los niveles de presión arterial, es incorporar una dieta saludable. Además de alimentos, existen muchas bebidas que pueden ayudar a prevenir la hipertensión:
Jugo de arándanos
Puedes mantener bajo control los niveles de presión arterial bebiendo jugo de arándanos regularmente. Esto se debe a que es un alimento rico en antocianinas, compuestos con propiedades antioxidantes que funcionan como cardioprotectores.
Si optas por el jugo de arándano ya preparado, asegúrate que sea una opción libre de azúcares agregados.
Jugo de ciruela
Aunque el jugo de ciruela es popularmente conocido por sus beneficios sobre el sistema digestivo, especialmente en el tratamiento del estreñimiento, los expertos aseguran que es una buena bebida para proteger la salud cardiovascular.
Diferentes estudios hallaron que quienes consumen o beben jugo de ciruelas con regularidad tienen mejores niveles de presión arterial que aquellas personas que no lo hacen. Los investigadores explican que esto puede deberse a que es una fruta rica en potasio.
Leche descremada
Beber leche, así como consumir sus derivados, puede reducir el riesgo de hipertensión, gracias a su riqueza en potasio y magnesio. Sin embargo, los investigadores advierten que estos efectos pueden verse cuando se consumen opciones bajas en grasas o descremadas.
Jugo de manzana
La manzana es rica en quercetina, un flavonol que actúa sobre una enzima relaciona con la regulación de la presión arterial. Por ello, su jugo se asocia a una mejor circulación sanguínea y un menor riesgo de estrechamiento de los vasos sanguíneos.
Jugo de remolacha
El jugo de remolacha cruda o cocida se asocia a mejores niveles de presión arterial. Esto se debe a que es rico en nitratos dietéticos, un compuesto conocido por tener efectos reductores de la presión arterial.
Existen estudios que hallaron que los beneficios de beber este jugo son mayores que los efectos de los nitratos por sí solos, lo que indica que en la remolacha se pueden encontrar otros compuestos beneficiosos para la salud del corazón.
Jugo de sandía
Existe evidencia que indica que la sandía posee un compuesto llamado cucurbocitrin, que ayuda a dilatar los capilares sanguíneos y mejora la función de los riñones. Además, es rica en potasio, un vasodilatador natural.
Estas propiedades favorecen la circulación sanguínea y reducen el riesgo de hipertensión. Puedes aprovecharla bebiendo su jugo o preparar agua de sandía, mezclándola con agua y limón.
Jugo de tomate
Existe evidencia científica que sugiere que beber un vaso de jugo de tomate al día puede fortalecer la salud del corazón. Según los investigadores, esta bebida mejora la presión arterial sistólica y diastólica, así como los niveles de colesterol.
Esto es posible gracias a que el tomate es rico en potasio, mineral que actúa como vasodilatador, y licopeno, un compuesto con propiedades antioxidantes.
Jugo de toronja
Puedes aprovechar el jugo de toronja para cuidar el corazón, gracias a que es rico en potasio y antioxidantes, que favorecen la relajación de las arterias y vasos sanguíneos, y mejoran la irrigación sanguínea. Esto permite una mayor oxigenación del cerebro y una reducción en el riesgo de hipertensión.
Puedes combinar este jugo con otros alimentos beneficiosos, como menta o jengibre.
Té negro y verde
Existen estudios que se encargaron de comparar los efectos del consumo de té negro y verde sobre la presión arterial. Si bien los investigadores informaron que la ingesta a largo plazo de ambos tipos de té redujo la presión arterial sistólica y diastólica, los resultados más significativos se vieron entre quienes optaban por el verde.
Otras opciones
Además de incluir en la dieta las bebidas antes desarrolladas, puedes reducir el riesgo de hipertensión incorporando los siguientes hábitos saludables:
Hacer ejercicio: que la actividad física forme parte de la rutina diaria puede ser tan eficaz para reducir la presión arterial como algunos medicamentos. Si bien los expertos recomiendan 150 minutos semanales, cualquier ejercicio, como caminar para hacer las compras, es un buen comienzo.
Mantener un peso saludable: el sobrepeso u obesidad obligan al corazón a trabajar más para bombear sangre por todo el cuerpo.
No fumar: el consumo de tabaco a largo plazo puede endurecer las arterias, aumentando el riesgo de hipertensión arterial.
Reducir el estrés: el estrés crónico puede contribuir a la hipertensión arterial.
Seguir la dieta DASH: esta es una alimentación que fue especialmente diseñada para prevenir y tratar la hipertensión. Se concentra en incluir alimentos ricos en vitaminas y minerales esenciales, mediante el consumo de frutas, vegetales, cereales y legumbres, a la vez que reduce la ingesta de alcohol, azúcares y sodio.