Resulta difícil encontrar a Diego González Rivas fuera de quirófano. En las últimas semanas el médico español ha viajado a Bosnia, Jordania y Kuwait para realizar cirugía torácica, su especialidad.
El presitigio de Diego fue creciendo y recibe a diario numerosas invitaciones de diferentes países para operar con su técnica a pacientes que presentan casos complejos.
Es el único cirujano del mundo que ha operado en más de 120 países, uno de ellos Costa Rica.
El diario 20minutos.es presento un articulo en referencia a González.
Aquí la nota
Su agenda se asemeja más al tour de una gran banda de rock, pero, en vez de la guitarra, domina el bisturí (y algunos sofisticados robots). Y es todo un virtuoso en su instrumento: no en vano, es el cirujano que ha operado en más países y el creador de una innovadora técnica para operar el tórax desde una única y pequeña incisión, algo que además ahora está haciendo empleando un robot.
Se llama Diego González Rivas, y es cirujano torácico. Nacido en A Coruña en 1974, ha desarrollado una extensa carrera que le ha llevado por nada más y nada menos que 123 países, todo un récord mundial (además de al mundo de la ficción: una de sus cirugías apareció en la popular serie 'La casa de papel').
"La pandemia me ha ralentizado"
Su ritmo de trabajo es extenuante: "Un día duro operando a 21 pacientes hoy", explica desde el aeropuerto de Barajas a 20Minutos Diego González Rivas. "Todos genial". Desde allí parte un vuelo que le lleva a Lima (Perú).
"He estado operando de cáncer de pulmón a unos 850 pacientes al año", cuenta. "Para hacernos una idea, un cirujano en España suele operar al año entre 80 y 100". Todos ellos intercalados con los vuelos y viajes entre un destino y otro: en poco más de un mes, tiene agendadas operaciones en Portugal, España, Perú, Ecuador, Rumanía, Ucrania, Bélgica y Kuwait; también, entre medias, enseña a otros cirujanos su particular y característica técnica.
Y eso que, reconoce, la pandemia de coronavirus le ha ralentizado: "Nada que ver con lo de antes. Con la pandemia ha sido todo muy relajado; antes estuve cinco años en los que a lo mejor daba la vuelta al mundo 10 o 12 veces al año. Podía estar en Shanghái (China), volar a Nueva York (EEUU) a dar una charla y volvía a Shanghái. O estaba, a lo mejor, en Rusia, volaba a São Paulo (Brasil), operaba en un día y volvía a Shanghái.
El jet lag, dice, es más suave ahora. "Solo cuando voy a América. Durante la pandemia viajé a Berlín (Alemania), a Holanda, a Kuwait, a África... y allí apenas hay diferencia horaria".
"En este sentido me vino bien. Bajé un poco el ritmo... me equilibré", ríe. "Estaba operando muchos pacientes, mucho cansancio, y me di cuenta de que no hacía nada más que operar... Era un ritmo salvaje".
"Una cosa es visitar un país y otra muy distinta operar en él"
Los pacientes a los que interviene por todos los rincones del globo tienen una serie de características en común. Todos los procedimientos son cirugía mayor, y o bien los opera como parte de los cursos que imparte o bien son casos especialmente complejos, la mayoría con cáncer de pulmón. A estos últimos los opera en alguno de los 11 hospitales en los que trabaja habitualmente o, como ejemplifica con un caso reciente en Honduras, cuando algún colega le pide ayuda y le pilla 'de camino' (por 'de camino' entendemos un desvío desde Costa Rica hasta Honduras).
"Eran unos pacientes jóvenes muy complejos con tumores endobronquiales", recuerda: "Llevaban un año allí y no sabían como operarlos. Yo iba a ir a Costa Rica y por un chat con unos cirujanos de Latinoamérica me dijeron que tenían estos pacientes que no sabían que hacer con ellos".
"Así que reorganicé mi agenda y fui dos días antes a Honduras a operar. Y aquello fue una aventura tremenda, porque no tenían nada; no había material y nunca se había hecho en el país esa cirugía. Pero con compañías, con donaciones... en el último minuto reunimos todo el material", narra.
Operar en tantos lugares no es fácil. "Una cosa es visitar un país", dice, "Y otra muy distinta es operar en él. Para operar hace falta mucha infraestructura, y eso si hay interés, porque los cirujanos de allí muchas veces no quieren que operes sus casos".
Eso no le impide estar a la caza de nuevos destinos. Tal y como admite, todavía tiene algunas partes del mapa pendientes, concretamente Islandia, Siria y la mitad de África; aún así, puede que pronto añada algunas de esas chinchetas a su mapa, pues explica que ya está planificando una incursión a la isla ártica y un tour por África para dar master class en países como Togo o Gabón.
"Lo que estamos haciendo es una nueva revolución"
Estas labores de enseñanza se explican en gran parte por la avanzada técnica de la que González es pionero: la Uniportal VATS. Se trata de una forma de cirugía torácica mínimamente invasiva, o cirugía videoasistida (que eso es lo que significa VATS) pero en la que, en lugar de acceder al paciente por las dos o tres incisiones con las que solía realizarse, se hace a través de una única (uniportal).
En las palabras del propio González, "hacemos una única incisión de dos o tres centímetros, y por ahí metemos todo el instrumental, una cámara de vídeo y operamos". Las ventajas de este sistema son menores riesgos, menor dolor y un postoperatorio más corto. Esta técnica, según explica el cirujano, "en 10 años se ha extendido por todo el mundo".
Pero por si no fuera poco, el siguiente paso va más allá. Tal y como cuenta, ahora ha introducido un robot en la ecuación.
"El robot Da Vinci (para operar)", explica el cirujano, "ya existía desde hace años. Pero necesitaba cinco incisiones. Por eso yo no lo usaba. Sin embargo, hace unos años empecé a desarrollar un robot especial que tuviera un solo brazo". Este desarrollo ha sido bautizado como robot Da Vinci Single-Port, o robot SP (robot de un único portal)
"Este robot", prosigue, "ya lo llevábamos probando tres o cuatro años y ya lo teníamos a puntito para empezar a hacer cirugías de pulmón, pero en marzo de 2020 que ya lo teníamos todo planeado para empezar a hacerlo en Shanghái vino la pandemia".
Por suerte, González ya está planificando retomar esas primeras operaciones para el año que viene, aunque advierte que no ve posible que su robot llegue a Europa hasta el año 2023.
Y, hasta entonces, ha encontrado la manera de adelantarse a ese momento. "Mientras tanto", arranca, "como yo tengo el otro robot, el convencional de cinco brazos, durante la pandemia empecé a investigar y me di cuenta de que podía meter tres brazos por una incisión".
"Me puse a diseñar la manera de coordinar esos tres brazos y vi que se podía. Así que hace dos meses hemos empezado a hacer cirugías uniportales con el Da Vinci (de cinco brazos). Somos los primeros del mundo en hacer eso. Es una pasada, una nueva revolución", expone entusiasmado.
"La ciencia ficción de hoy es la realidad de mañana"
De hecho, no es difícil darse cuenta de la inquietud por innovar del gallego. Según explica, por ejemplo, también fue pionero en realizar cirugía sin intubar (sin respiración asistida) en el año 2014, con el paciente sedado.
Preguntado por posibles futuros, su imaginación sorprende con ideas que bien parecerían sacadas de una novela de Asimov o Phillip K. Dick: "Menos invasivo que una única incisión... Lo menos invasivo sería operar por un orificio natural. Operar por la boca el pulmón, o por el ano".
"Esto se ha hecho, de forma experimental, pero no en el tórax. Y no tiene tantas ventajas", asume. "Yo creo que lo que me gustaría en un futuro es operar con micro-robots. Meter robots en el organismo y que tu los manejes desde fuera y quites el tumor y lo saques sin hacer incisiones".
"Son cosas que parecen ciencia ficción", reconoce, "pero si a mi me hubieran dicho hace 25 años que iba a estar operando un cáncer de pulmón por una incisión de tres centímetros y con un robot me hubiera parecido imposible. Yo creo que la ciencia ficción hoy es la realidad de mañana".